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Productor transforma 420 hectáreas sin químicos en alimentos
Argentina.- En el Día de Campo de Quilmes, el ingeniero agrónomo y productor Marco Van Strien contó cómo transformó el establecimiento Argelanda hacia un sistema agroecológico sin insumos químicos, apoyado en la ganadería y con una cebada regenerativa que ya abastece a la malteria.
Marco Van Strien es ingeniero agrónomo y productor agropecuario en Tres Arroyos, en una zona cercana a Claromecó. El establecimiento Argelanda, de 420 hectáreas, pertenece a su familia desde hace décadas y hoy él lo conduce bajo un esquema de arrendamiento a largo plazo.
La particularidad: la totalidad del campo se maneja bajo un sistema mixto y regenerativo, sin insumos químicos.
De la agricultura convencional al manejo agroecológico
Hace unos 15 años, Van Strien inició una transición hacia un sistema más saludable y de menor dependencia de insumos. En ese camino trabajó junto al INTA Chacra Experimental Integrada Barrow y con experiencias propias a campo.
Tras una década de pruebas y ajustes, asegura que en los últimos cinco años el modelo alcanzó estabilidad completa: hoy no se utiliza ningún insumo químico en la producción.
Ganadería como eje y estabilidad en años difíciles
La transformación implicó modificar la estructura:
- 80% del área se destina a ganadería,
- 20% a cultivos de cosecha, principalmente trigo, cebada, avena y girasol.
La ganadería es 100% de ciclo completo con un rodeo de 200 madres Angus. Logran una carga de 1,5 EV/ha y producen más de 200 kilos de carne por hectárea, toda a pasto, aunque sin certificación diferenciada.
Van Strien destaca que este esquema fue decisivo para atravesar cuatro años seguidos de sequía: “Buscamos estabilidad, no picos de rendimiento. Eso nos da resiliencia”.
Ingeniería de procesos: tres años para un cultivo
La producción agroecológica demanda planificación y manejo anticipado. Para implantar un cultivo sin fertilizantes químicos y con baja presión de plagas, explica, el trabajo empieza tres años antes:
- Se incorporan leguminosas
- Se diseñan corredores biológicos
- Se aprovecha el reciclado de nutrientes mediante la ganadería
- Se busca construir perfiles de suelo fértiles y estables
Este enfoque permite producir cebada o trigo sin nitrógeno ni fósforo externos.
Un vínculo clave: cebada regenerativa para Quilmes
El primer cultivo con diferenciación comercial llegó de la mano de Cerveceria y Maltería Quilmes. La empresa se acercó a un grupo de productores agroecológicos para avanzar en la producción de cebada regenerativa, garantizando la compra del 100% de la cosecha.
Ese respaldo permitió animarse a un cultivo que, bajo esquemas sin insumos, genera incertidumbre sobre cumplir los estándares cerveceros. Hoy, dice Van Strien, logran rendimientos y calidades comparables a los esquemas convencionales, pero con un proceso totalmente distinto.
Mirada a largo plazo y un mensaje a la región
Van Strien cree que el proceso iniciado por él y otros productores de la zona puede ser multiplicador: “Estamos convencidos de que tarde o temprano el consumidor va a demandar alimentos más saludables, sin residuos y producidos en sistemas que cuiden el ambiente”.
Su visión va más allá del negocio inmediato: “No somos productores de margen bruto, somos productores de alimentos. No queremos un modelo finito como nuestra vida, queremos pensar en hijos y nietos”.
Con un sistema consolidado y alianzas comerciales que valoran prácticas sustentables, su campo es hoy un ejemplo de cómo la agroecología extensiva puede convertirse en una alternativa estable y rentable.
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