
¿Has Oído Hablar del Efecto “Ensalada Forrajera”en Rumiantes?
- GanaderíaNoticias
- 31/05/2023
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PORTRUGUESA-Venezuela.- El término “Ensalada Forrajera” lo escuché por primera vez en el año 1989 en las charlas que nos dio el Dr. Thomas Preston cuando visitó la UNELLEZ-Guanare, los llanos en Venezuela.
En esa oportunidad este investigador y científico de una basta trayectoria en nutrición y alimentación de rumiantes, en coautoría con el connotado microbiólogo ruminal Dr. Ronald Leng, nos presentaba su libro de texto recién publicado: “Ajustando los Sistemas de Producción Pecuaria a los Recursos Disponibles: Aspectos Básicos y Aplicados del Nuevo Enfoque Sobre la Nutrición de Rumiantes en el Trópico”. Desde aquel entonces han transcurrido más de tres décadas y ese genial concepto de “Ensalada Forrajera”, se hace cada día más vigente en la nutrición alternativa de rumiantes. Este invaluable aporte abrió un nuevo enfoque para el diseño de potreros, sobre todo para quienes buscan adquirir mayor autonomía nutricional para el rumiante mediante el uso de los recursos disponibles en la finca.
El concepto “Ensalada Forrajera” en la nutrición de rumiantes surgió como una denominación fácil de comprender, aunque finalmente fue el resultado de casi una década de investigaciones en este campo. Cabe resaltar, que en aquella época, la lista de arbustos y árboles forrajeros en estudio no llegaba a 10 especies, pero hoy día, ya conocemos y manejamos alrededor de 100 especies. En estos últimos 34 años se han llevado a cabo 11 ediciones del Congreso Internacional de Sistemas Silvopastoriles (con una frecuencia de cada 2 a 3 años) donde se han publicado y difundido los resultados de las investigaciones, experiencias productivas exitosas e innovaciones en este campo. A esto se suman, las publicadas por el CIPAV y una buena cantidad y calidad de tesis de grado y postgrado en diferentes universidades y estudios en centros de investigación de la región.
Para entender este enfoque hacemos una comparación entre la escuela clásica de nutrición animal y la escuela alternativa (la holística). La primera balancea raciones mezclando ingredientes -generalmente harinosos o en polvo-, bien sea en máquinas o manualmente; utilizando subproductos agroindustriales, premezclas y aditivos sintéticos, con el fin de aportar los “nutrientes” necesarios para los animales en cada etapa productiva. Para ello utiliza como referencia tablas de requerimientos, casi siempre elaboradas en zonas templadas bajo condiciones controladas. En cambio la segunda, la escuela holística de nutrición animal, busca entender y equilibrar progresivamente la generación y el flujo de nutrientes disponibles en el sistema de producción (bajo nuestras condiciones tropicales), intentando balancear por esta vía los requerimientos del animal. El enfoque aquí se dirige a minimizar y en algunos casos eliminar la dependencia de suplementos alimenticios externos para los animales y priorizar el suministro directo de estos nutrientes en los potreros, cercas vivas y caminos de la finca.
En este artículo trataré de resumir la trascendencia del concepto “Ensalada Forrajera” y la gran contribución que podrían dar los sistemas silvopastoriles al momento de buscar este efecto en la finca ganadera y que enumeramos de la manera siguiente:
1) A mayor variedad de nutrientes, mayor será la eficiencia de la conversión del forraje. Mucho antes de haberse acuñado el concepto de “Ensalada Forrajera”, ya se conocía el efecto nutricional complementario que hacían las leguminosas herbáceas cuando estaban asociadas con el pasto en el potrero. Esto ocurre porque en cada mordisco que hace el animal al consumir un pasto con bajo contenido proteico también lleva consigo una pequeña porción de leguminosas rastreras con alto contenido proteico. Muchos esfuerzos de investigación y extensión fueron dirigidos para tratar de establecer pasturas mixtas donde siempre hubiera gramíneas acompañadas de leguminosas rastreras. No obstante, como los potreros son sometidos a continuas rotaciones con una determinada carga animal, los instantes más óptimos de esas proporciones gramíneas/ leguminosas son muy cortos. Además, se ha podido observar que con el tiempo se hace muy difícil lograr que las leguminosas rastreras persistan en el potrero en la cantidad suficiente y más allá de una determinada época del año. Esto ocurre porque estas plantas muestran menor resiliencia al pisoteo que el ganado ejerce sobre las gramíneas y a su presión de consumo. Por otra parte, las leguminosas herbáceas están siempre en desventaja respecto al pasto al mantener una tasa baja de rebrote en el potrero.

2) A mayor estratificación vegetal en el potrero, mayor será la complementariedad de nutrientes para el rumiante. Justo cuando se conoció la dificultad de persistencia de las leguminosas herbáceas en potreros sometidos a importantes niveles de carga animal (años 80’s), comenzó a tomar fuerza la investigación llamándoles inicialmente “árboles y arbustos forrajeros” y posteriormente sistemas silvopastoriles. Sin embargo, el interés se centró en encontrar plantas leñosas perennes, cuyo follaje pudiera ser ramoneado por el ganado y sus frutos pudieran ser consumidos por estos en el suelo. En las investigaciones de ecología forestal ya se sabía que cuando un suelo está cubierto con plantas herbáceas y leñosas perennes, la tasa de extracción de nutrientes y agua desde las capas profundas es significativamente superior que cuando está cubierto solo con plantas herbáceas (caso del diseño convencional de potrero tipo “mesa de billar”). En todos los artículos anteriores hemos descrito los problemas que se le presentan al ganadero al mantener potreros con esta falla de diseño (monoestratificados), así como las estrategias para solucionarlos.
Cuando comenzaron a llevarse a cabo las evaluaciones del balance total de nutrientes absorbidos por el rumiante y este era sometido a dietas basadas en pasto y follaje de árboles y arbustos forrajeros, se encontraron los siguientes hallazgos: a) La dinámica microbiológica y bioquímica cambió en el rumen y también en el duodeno y ciego; b) El proceso digestivo lograba extraer más energía y proteínas por unidad de biomasa fibrosa aportada por la gramínea forrajera; y c) se logró disminuir la liberación contaminante de metano y dióxido de carbono a la atmósfera por cada kilogramo de materia seca total consumida. Al avanzar estas investigaciones se concluyó que la proporción óptima de gramíneas forrajeras y follaje de arbustos y árboles estaría alrededor de 4:1. En valores porcentuales mucho más prácticos, esto sería una proporción en la dieta fibrosa de 80 % gramíneas y 20 % follaje de arbustos y árboles forrajeros.
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