No hay gasolina, ni baterías, ni repuestos, pero huecos sí, y a montón

ESPECIAL.- Los problemas de quienes conducen vehículos no se circunscriben a temas como el de la falta de gasolina, elevados precios y escasez de piezas y partes, o inseguridad. También el mal estado de la vialidad –urbana y rural- es de tal magnitud que andar frente a un volante requiere en la Venezuela de hoy habilidades especiales.

Circular por las calles y avenidas de nuestras ciudades, y aún peor adentrarse en caminos rurales, se ha convertido en todo un reto, porque se requiere concentración al máximo para evitar ser víctima de tantos y tantos huecos de diferentes dimensiones, que en muchos casos han hecho prácticamente desaparecer vías.

La situación obliga pues a ingeniárselas, a tomar precauciones, como evitar lo más posible conducir en horas nocturnas, donde los huecos acabacarros se esconden en la oscuridad reinante ante la falta casi absoluta de alumbrado público.

Como muestra la gráfica, un hueco enorme ubicado en una céntrica calle de Araure desde hace mucho tiempo obligó a la intervención de los vecinos, que con neumáticos viejos lo rellenaron a modo de advertencia, y seguramente convencidos que las autoridades competentes no harán nada para remediar el problema, al parecer derivado de la instalación o reparación de cloacas.

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