La historia del exmilitar venezolano que triunfa con la chicha criolla en Nueva York

Nueva York.- Anthony Rondón es un exmilitar venezolano que se vio obligado a desertar debido a la crisis que azota al país. Hace cinco años, con solo 50 dólares en el bolsillo, emprendió un viaje que lo llevó desde El Tigre hasta Nueva York.

Su travesía comenzó al cruzar la frontera rumbo a Colombia, donde una llamada cambió drásticamente sus planes, forzándolo a trasladarse a Perú. Allí enfrentó la hostilidad de la xenofobia y durmió en la calle.

Sin embargo, con valentía y determinación, cruzó más de 5 mil kilómetros y la peligrosa selva del Darién hasta llegar a Estados Unidos, donde aún sigue en la búsqueda del sustento para su familia.

Sabor venezolano

Con ingenio y perseverancia, Rondón convirtió la adversidad en una oportunidad. Tras dormir en la calle, logró trabajar como albañil en Perú y alquilar una habitación.

Su negocio de chicha venezolana que fundó en Lima quebró debido a la pandemia.

Decidido a buscar un futuro más seguro, migró a Estados Unidos, donde llevó su exitoso emprendimiento por la chicha venezolana a las calles de Nueva York.

El sabor de Venezuela se convirtió en el estandarte de Anthony por las calles de Nueva York, donde su chicha venezolana se ha vuelto popular entre neoyorquinos y latinos por igual.

A pesar de los desafíos diarios se esfuerza por llevar su producto a cada área de la ciudad. Además, sueña con expandir su negocio y llevar el sabor de Venezuela a cada rincón de Nueva York.

Iincluso planea montar una distribuidora de chicha venezolana para que todos puedan disfrutar de su producto.

Determinación implacable

A pesar de los obstáculos, Anthony Rondón mantiene la determinación de prepararse más para desenvolverse en su entorno.

A través de su chicha “Estrella de Oriente” ofrece un excelente producto que lleva un pedacito de Venezuela consigo.

Su historia transmite un mensaje al mundo sobre el trabajo honrado y la determinación de los venezolanos.

Su historia refleja los desafíos que enfrentan los migrantes lejos de su país, pero también es la convicción de que a través del trabajo honrado los sueños se pueden hacer realidad y que los venezolanos pueden brillar dondequiera que estén. Con información de La Patilla.

2001 / Brian Segura

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