
“El productor sabe que si está con un grupo respetan su finca”
- GanaderíaNoticias
- 09/08/2021
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Táchira.- La constante presencia de grupos irregulares en la frontera ha significado un gran problema para los productores tachirenses, quienes se han visto afectados en cuanto a su seguridad personal y la de sus fincas.
La presencia de estos grupos ha crecido con los años, lo que ha obligado a los productores a “aprender a convivir con ellos”.
Así lo manifiesta Édgar Orlando Medina, productor tachirense que asumió la presidencia de la Asociación de Ganaderos del Táchira (Asogata), desde junio de 2019.
Desde que está al frente de uno de los gremios más importantes de la región, Medina ha manifestado que su trabajo y el de su junta directiva está enfocado en el bienestar al productor, “sin tintes políticos y en beneficio del Táchira y del país”.
Asegura que los productores viven en zonas donde existe de todo, y es difícil identificar a un verdadero empresario del campo, “porque hay personas que han comprado fincas y no sabemos para qué las utilizan”.
Al ser consultado sobre las masacres en el Alto Apure y las recientes detenciones de dueños de fincas y trabajadores acusados de colaborar con la guerrilla, dice que respecto a esos temas es muy cauteloso y “no se puede creer todo lo que se publica en las redes sociales”.
¿Por qué cree que estén involucrando a ganaderos en los hechos de Apure?
Imagino que los cuerpos de inteligencia del Estado venezolano tienen informantes que les dicen quiénes están trabajando o quiénes trabajan con uno u otro grupo irregular. Lo que sí puedo decir es que los que hacen vida en Asogata, vinieron a la asociación y pudimos apoyarlos, en ningún momento han denunciado ser víctimas de algún tipo de acoso.
¿Quiénes son esos productores y dueños de fincas que fueron detenidos?
No sé quiénes son los detenidos porque no tuvimos nombres de personas que nos digan fulano o sultano fue detenido y es el dueño de tal finca.
Sí tuvimos nombres de administradores, que es muy distinto el propietario de alguna finca a los administradores y muchos que hacen vida en esa zona son informantes de los grupos irregulares. De lo que se vivió en La Victoria no podemos dar fe de una y otra parte, porque nosotros lo único que hacemos es dar un salvoconducto al productor que sea conocido y agremiado de Asogata.
¿Productores y dueños de fincas estarían colaborando o son amenazados por los grupos armados para que les presten algún tipo de apoyo?
Sí, en efecto; eso no solo se vive en este lado de la frontera. Hay ya una relación y es normal; es decir, en la zona no hay una presencia completa de la FANB resguardando todo porque la frontera es muy grande y los productores tienen que hacerlo a veces sin querer, porque hay grupos irregulares que se quedan en las noches, hacen campamentos, van de un lugar a otro.
¿Cómo apoya Asogata a sus agremiados ante esta difícil situación?
Lo que venimos haciendo. Hemos elevado nuestra voz en todas y cada una de las instituciones, bien sea civiles o militares. Cuando tenemos denuncias de los productores de invasiones, desalojos u otra situación, siempre hemos estado ahí y contamos con el respaldo de las autoridades militares, que de una vez salen a revisar ese tipo de casos y nos han apoyado.
¿Algunos productores prefieren abandonar sus fincas que someterse a las presiones de estos grupos irregulares?
En principio se veía mucho eso y no era porque lo querían, sino porque eran obligados. Era la seguridad personal y mucho productor que se negaba a tener que convivir con estos grupos, tener que pagarles o entregarles algo a cambio, preferían salir del campo.
Creo que eso ha venido cambiando un poco por la misma interacción que ha existido de un tiempo para acá. Ya uno convive con ellos, los conoce, los mira, los ve todos los días.
¿Podemos decir entonces que los productores conviven con los grupos al margen de la ley?
En la zona sí, en sus unidades de producción es normal. Tú estás trabajando con el ganado y pasa una moto con personas que le trabajan a esos grupos y ya son parte de una negociación que se hace por seguridad. El productor que está ahí sabe que si está con un grupo no se le pierde una máquina, no se le pierde una res, no le roban una motobomba y hay como un respeto hacia esa unidad de producción.
A su juicio, ¿Qué promueve el abigeato y las invasiones en las fincas?
Las invasiones en un momento fueron mal concebidas porque se pensó que despojando a los propietarios de una unidad de producción grande y entregándosela a grupos, iba a ser más productivo el campo.
Afortunadamente, se entendió que ese no era el camino correcto porque todo se convirtió en una mafia y de ahí se hizo un gran negocio para algunos, que era invadir y después vender los terrenos y además de eso se quedaban con todas las regalías del Estado. Era el mismo Estado el que les permitía que entraran a esos predios, invadieran y después les entregaba créditos para sembrar la tierra, abonar y sacar su mercancía. ¿Qué pasó? Eso no fue así, agarraron los créditos, agarraron la plata, siguieron siendo lo que siempre han sido. Eso fue un gran error, un gran desacierto de parte del Gobierno, cuando lo que se hizo fue agarrarse el dinero, volver eso una mafia de compra y venta.
Fedenaga estima que se pierden 1.000.000 de reses al año a manos de la delincuencia. ¿Cuál es la situación que se vive en Táchira?
La mayoría de fincas del Táchira son pequeñas y los productores pueden estar muy pendientes de sus rebaños porque no hay grandes extensiones. No pasamos de un 5 o un 6% de unidades de producción con más de dos mil hectáreas. En Táchira no hay ese problema del abigeato o robo, muerte de ganado, como lo hay en estados vecinos, como Zulia, Barinas, Apure.
¿Cuáles son las principales necesidades de los productores para estar en condiciones de abastecer el mercado?
Una condición esencial es tener una cartera de créditos a bajos intereses para poder incentivar al productor. También necesitamos combustible, aunque aquí en Táchira gracias a las alianzas que hemos hecho con el Protectorado y Pdvsa tenemos la posibilidad al combustible.
Los insumos también son una necesidad importante, algunos han alcanzado muy altos precios y gracias a la alianza de Asogata con el Protectorado, hemos podido traer insumos de Cúcuta para Asogata.
¿Estamos en capacidad de producir los alimentos que se consumen en Táchira?
Sí, estamos en capacidad y además podemos decir que el Táchira le surte a gran parte del territorio nacional, de la zona de montaña es de donde salen los “ferieros” a surtir a gran parte del país. El ganado que va a sacrificio en los estados Barinas y Apure son animales que vienen a cebarse a esta zona del Táchira por la riqueza de sus suelos.
¿De qué manera la migración venezolana ha afectado el campo?
Con la mano de obra. Podemos decir que nos ha afectado de dos maneras, en principio porque los dueños de las unidades de producción no tienen relevo, porque sus hijos se han ido a otros países. Los productores son personas de edad avanzada y trae como consecuencia que no haya relevo generacional. En cuanto a la mano de obra igual, anteriormente venía de Colombia y actualmente por los sueldos de aquí esa mano de obra se ha retirado y hemos tenido que empezar a enseñar a nuevos trabajadores y eso retrasa mucho el trabajo.
Ante esto, entonces ¿Qué le espera al sector productor del Táchira?
Lo que está pasando, muchas fincas en venta.
¿Actualmente en cuánto está el consumo por persona de carne al mes?
En el mes no te puedo decir, manejamos los números anualmente y estamos en 4 kilos por persona al año.
Cuando en años anteriores estuvimos en 17 kilos, bajamos en 2009 a 13 kilos y hoy la referencia es cuatro. Lo podemos ver en lo deprimido que está el mercado por la capacidad de la persona de comprar la carne.
¿Están quebrados el mercado de la carne y la leche?
Nosotros tenemos el mercado de la leche en la quiebra, pero el de la carne ha tenido un repunte gracias a las exportaciones de “toro gordo”.
Gracias a esto hemos podido mantener el precio.
La Prensa Táchira / Elizabeth Reyes León
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