
El fungicida más usado está acabando con los insectos polinizadores
- InternacionalesNoticias
- 03/07/2025
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Australia.- Un químico agrícola ampliamente utilizado, aplicado a frutas y verduras para prevenir enfermedades fúngicas, también está matando a insectos benéficos fundamentales en la polinización.
Una nueva investigación dirigida por la Universidad Macquarie, publicada en Royal Society Open Science, demuestra que el clortalonil, uno de los fungicidas agrícolas más utilizados en el mundo, tiene un profundo impacto en la reproducción y supervivencia de los insectos, incluso en los niveles más bajos que se encuentran habitualmente en alimentos, desde arándanos rojos hasta uvas de vino.
“Incluso la concentración más baja tiene un gran impacto en la reproducción de las moscas que analizamos”, afirma en un comunicado la autora principal, candidata a doctorado Darshika Dissawa, de la Facultad de Ciencias Naturales de Macquarie.
“Esto puede tener un gran impacto en la población a lo largo del tiempo, ya que afecta tanto la fertilidad masculina como la femenina”.
La especie de insecto Drosophila melanogaster, comúnmente llamada mosca de la fruta o mosca del vinagre, se utilizó como modelo de laboratorio para representar a innumerables insectos no objetivo presentes en entornos agrícolas.
“D. melanogaster también se encuentra en la base de la cadena alimentaria, convirtiéndose en alimento para muchas otras especies”, afirma Dissawa.
Los científicos expusieron larvas de D. melanogaster a cantidades de clortalonil equivalentes a los niveles típicos presentes en frutas y verduras.
Incluso con la dosis más baja analizada, las moscas mostraron una disminución del 37 % en la producción de huevos al alcanzar la madurez, en comparación con los individuos no expuestos.
La autora supervisora, la profesora asociada Fleur Ponton, de la Facultad de Ciencias Naturales de Macquarie, afirma que la drástica disminución fue sorprendente.
Aunque está prohibido en la Unión Europea, el clortalonil se aplica ampliamente en los cultivos australianos para controlar enfermedades fúngicas como el mildiu y el tizón foliar.
Los científicos también observaron que las larvas consumían el alimento contaminado con normalidad, descartando la aversión al sabor como explicación.
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