“Arancel del 50% haría inviable la exportación del café colombiano”: Green Coffee

“Arancel del 50% haría inviable la exportación del café colombiano”: Green Coffee

Colombia.- El sector cafetero colombiano atraviesa un momento variopinto por cuenta de los buenos precios del grano y el alza en la producción, pero al mismo tiempo hay tensiones comerciales con Estados Unidos, su principal socio.

 

Hace una semana, el sector cafetero colombiano vivió uno de sus días más críticos de los últimos años, tras las tensiones de las relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos, especialmente por la amenaza de agravar las medidas arancelarias con un aumento del 25% al 50% en las exportaciones locales. Al final de ese domingo, el Gobierno estadounidense echó para atrás esas imposiciones y la industria del grano respiró profundo, pero quedaron lecciones y temores en el ambiente.

Ante esta situación, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) y la Asociación Nacional del Café de EE.UU. salieron al paso, de manera conjunta, y reiteraron la importancia del grano en ambas economías y la necesidad de fortalecer los lazos comerciales para garantizar su estabilidad y crecimiento.

Lo anterior, porque Colombia es el segundo mayor proveedor de café sin tostar a Estados Unidos, un mercado clave donde la industria cafetera genera 2,2 millones de empleos y mueve 343 mil millones de dólares al año. Con el 70% de los adultos estadounidenses consumiendo café semanalmente, garantizar un suministro estable y de alta calidad es crucial no solo para el sector, sino también para mitigar el impacto de la inflación sobre esta bebida, la más popular en EE.UU., después del agua embotellada.

Por eso, Germán Bahamón, gerente general de la FNC, subraya la importancia de la diplomacia en la relación comercial entre ambas naciones. “Los estados construyen y mantienen sus relaciones en una negociación permanente que se basa en la diplomacia. Una decisión desafortunada podría generar un impacto económico devastador”.

Boris Wullner, gerente general de Green Coffee Company, empresa exportadora
Boris Wullner, gerente general de Green Coffee Company, empresa exportadora

El café es el sustento de más de 560.000 familias colombianas que dependen de un mercado donde EE.UU. representa el 40% de las exportaciones, con un valor superior a los 1.100 millones de dólares anuales. Además, la industria cafetera estadounidense aporta el 1,3% del PIB del país, consolidándose como un sector estratégico para ambas economías.

Paralelo a estas tensiones diplomáticas y comerciales, la cotización del café en la Bolsa ICE de Nueva York ha registrado un aumento del 95% en el último año, alcanzando niveles históricos, como consecuencia de un panorama económico complejo y variaciones climáticas como sequías, agravando la producción de Brasil, el principal productor del mundo.

Para las familias productoras colombianas, esto representa una retribución más justa por su trabajo, pero también un reto: la necesidad de gestionar esta bonanza con prudencia y estrategia.

Uno de los focos clave de la FNC es garantizar la compra de la cosecha del segundo semestre de 2024 en un mercado colombiano único, donde los productores tienen garantía de compra todos los días del año al mejor precio posible. En este contexto, Bahamón reitera que la inversión en fertilización y sostenibilidad será fundamental para mantener la productividad y calidad del café colombiano.

El 30 de enero de 2025, por cuarto día consecutivo, el café batió un récord histórico en la Bolsa de Nueva York, alcanzando un precio de referencia de US$3,73 por libra. Además, se mantiene la tarifa más alta para los productores nacionales, con el saco de 125 kilos cerrando en $2.932.000. Durante el primer mes de 2025, los precios del café han alcanzado niveles sin precedentes en la historia reciente. Desde el 22 de enero, las cotizaciones han superado constantemente los registros anteriores, situando la libra por encima de los US$3,40 en el mercado de Nueva York.

Bajo este panorama, EL COLOMBIANO conversó con Boris Wullner, gerente general de Green Coffee Company, empresa exportadora, que tiene operaciones en el suroeste antioqueño, quien hace un balance del 2024, un año de contrastes para la industria cafetera. Aunque los precios y la producción fueron favorables, los costos de producción y los problemas logísticos generaron desafíos.

El 2024 fue un año positivo en precios y producción, pero con retos. ¿Cómo lo califica usted?

“Fue un año bueno en general. Tuvimos una mejora en los precios hacia el final del año y una producción en aumento. Sin embargo, enfrentamos costos en alza, especialmente en mano de obra y otros insumos. Además, hubo problemas logísticos en los puertos, lo que afectó la exportación de productos a finales de año. El clima también fue un factor determinante. Aunque en algunas regiones hubo condiciones favorables, otras sufrieron sequías y lluvias excesivas, afectando la calidad del café cosechado. Es un año que deja muchas lecciones sobre la necesidad de ser más eficientes y resilientes ante un mercado volátil”.

En cuanto a cifras, ¿cuál fue el balance de Green Coffee Company en 2024?

“Logramos ventas por 40 millones de dólares, duplicando las cifras de 2022. Trabajamos con más de 1.600 caficultores y superamos nuestras expectativas de exportación. Sin embargo, los costos de recolección aumentaron considerablemente, pasando de $750 – $800 por kilo a $1.200 – $1.300. Esto impacta significativamente nuestra rentabilidad. La producción cafetera sigue siendo un negocio de márgenes ajustados, donde cualquier aumento en costos puede generar grandes desafíos para la sostenibilidad de la empresa y de los pequeños productores con los que trabajamos”.

En este escenario, ¿cómo se perfila el 2025?

“La producción de café es bianual, lo que significa que después de un buen año, como lo fue el 2024, el siguiente suele ser más desafiante, como lo será el 2025. Estimamos una reducción del 30% en la producción por efectos climáticos. Esto nos obligará a comprar más café de terceros para mantener nuestras cifras de venta. Además, la volatilidad del mercado y la incertidumbre en la política económica pueden generar fluctuaciones en los precios y en la demanda. Estamos explorando nuevas estrategias para mitigar estos riesgos, incluyendo diversificación de mercados y desarrollo de productos de mayor valor agregado”.

La compañía ha trabajado en alianzas importantes para fortalecer su presencia en Estados Unidos, como con Juan Valdez. ¿Cómo ha impactado esto en la empresa?

“En 2024 consolidamos nuestra presencia en Estados Unidos y trabajamos para entrar a supermercados con nuestra línea de café tostado. Sin embargo, la incertidumbre arancelaria nos preocupa. Un incremento del 25% o 50% en aranceles haría inviable la exportación de café colombiano a ese mercado”.

¿Les preocupó lo que pasó hace una semana? ¿Qué hubiera ocurrido con esos aranceles?

“Con un incremento del 25% en los aranceles en la primera semana y del 50% a partir de la próxima, nos habría sacado prácticamente del mercado en algunos sectores”.

¿Cómo más los afectaría?

“Esta incertidumbre que se está generando y el manejo de estas variables nos obliga a negociar y maniobrar con mucha cautela. El año pasado marcamos un hito con nuestra alianza con la Federación Nacional de Cafeteros para exportar café a Estados Unidos y entrar a supermercados reconocidos en ese país. Esa alianza nos ha impulsado, pero este tipo de incertidumbre nos pone en una posición complicada. Afortunadamente, el gobierno de Petro aceptó las condiciones para que llegaran los migrantes y, con ello, el gobierno de Trump retiró el paquete de medidas arancelarias. Sin embargo, ese nerviosismo genera un impacto”.

¿Quién se vería más afectado: la empresa o el consumidor?

“Impacta al productor, ni siquiera al consumidor. Cualquier aumento de aranceles afecta el valor del café colombiano en el mercado. Si solo el café colombiano se enfrenta a ese incremento arancelario, los consumidores seguirán pagando precios similares. Lo que pasará es que los tostadores comenzarán a buscar otros orígenes y aumentarán la mezcla con café de Centroamérica o Brasil.

Hoy en día, el diferencial del café colombiano está en 5 o 6 centavos de dólar, cuando hace unos años era de 40 centavos. Actualmente, el café colombiano está en 3,30 – 3,40 dólares, según la fluctuación de la bolsa. Si le sumamos un 50% de aranceles, automáticamente su costo aumenta en 1,70 dólares más. Esto lo haría poco viable en algunos mercados, sin importar su calidad o aroma. Esa es nuestra preocupación: que simplemente no podamos competir.

Esto podría reducir el consumo o empujarnos a buscar mercados alternativos fuera de EE.UU., pero desarrollar mercados no es algo que se haga de la noche a la mañana. Hemos trabajado un año entero para entrar a supermercados con Juan Valdez, y apenas estamos viendo las primeras órdenes de compra. Todo ese trabajo puede perderse con una decisión que se toma en un solo día”.

¿Cuál es la solución en este caso?

“Creemos que es clave trabajar de la mano con todos los actores: el gobierno colombiano, el estadounidense y la industria cafetera. Necesitamos comunicación y diplomacia para mantener el comercio activo y sostenible. Si nos vemos obligados a cerrar operaciones debido a los altos costos, significaría perder una inversión enorme y dejar a casi 800 personas sin empleo. No queremos que eso pase, y ninguna compañía lo quiere. Pero debemos estar preparados y conscientes de los riesgos que enfrentamos”.

En el suroeste de Antioquia, Green Coffee Company ha trabajado con miles de productores. ¿Cuál es el impacto de su trabajo en la región?

“Compramos el 60% del café que exportamos a cultivadores locales. Hemos pasado de trabajar con 50 proveedores a 3.000 en menos de dos años. Estamos certificados en comercio justo y Rainforest Alliance, lo que beneficia a los caficultores y asegura prácticas sostenibles. Nuestro objetivo es generar un impacto positivo en la comunidad, no solo desde el punto de vista económico, sino también en términos de desarrollo social y ambiental. Hemos implementado programas de capacitación para los caficultores en temas de sostenibilidad, eficiencia productiva y mejora de calidad. Además, trabajamos en proyectos de conservación ambiental para proteger las fuentes de agua y promover una producción más amigable con el medio ambiente”.

Tras la tensión diplomática y la amenaza arancelaria de Estados Unidos contra Colombia, el precio del café arábigo volvió a repuntar. ¿Esto reafirma el nerviosismo del que nos habla?

“Sí y no. No es específicamente el café arábigo colombiano el que está aumentando, sino el café arábigo a nivel mundial. Hay un nerviosismo global debido a una baja cosecha en Brasil y a la reducción de la producción de café robusta en Vietnam. Esto hace que el precio del café tienda a subir, pero este aumento no ocurrió solo ayer. Entonces, las fluctuaciones en los precios ocurren constantemente y no necesariamente están relacionadas con la amenaza de aranceles. Ahora bien, si Estados Unidos impone un arancel del 25% o 50%, lo que realmente se verá afectado es el diferencial del café colombiano.

Colombia siempre ha comercializado su café con un diferencial superior debido a su calidad. Hace unos años, este diferencial estaba entre 50 y 60 centavos sobre el precio de bolsa. En el último año, ha oscilado entre 10 y 14 centavos adicionales. Por ejemplo, si la bolsa cotiza a 3 dólares, al café colombiano le pagan 3,14 dólares

Si se imponen aranceles elevados, lo que puede suceder es que el diferencial colombiano se vuelva negativo, es decir, que nos paguen por debajo del valor de bolsa para compensar el incremento de costos. Es una tendencia de mercado incierta, pero es una posibilidad real que dependerá de la demanda y de las negociaciones comerciales. Tendremos que esperar a ver qué ocurre”.

El Colombiano / Miguel Orlando Alguero

 

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