La Ganadería de Cría en los Llanos de Apure Practicas de Manejo
- Ganadería
- 30/05/2019
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El éxito de criar ganado de carne depende, principalmente, de mantener la reproducción del rebaño en el nivel más alto posible y de manera persistente año tras año. Este aspecto, más que el peso del ganado destetado, es el que asegura el más alto rendimiento de carne producido por hectárea. En nuestras condiciones de llano apureño es necesario tener en mente unos índices de reproducción que sean no solamente deseables sino también alcanzables. Un aspecto muy importante es tratar de lograr la calidad y la cantidad de forraje necesario para que los vientres puedan demostrar su máximo potencial genético para la reproducción y, de esa forma, mantener estrictamente nuestro criterio de selección sobre aquellos que no alcanzan este requisito. En términos generales, la meta que se trata de alcanzar es 80 % preñez en novillas; 60% de preñez en vacas de primer parto; 70% en vacas multíparas paridas; y 90 % en vacas no lactantes, vacías u horras. Esto se resumiría en una tasa promedio de 80 % de preñez para el rebaño total. Las prácticas que en términos generales se describen a continuación son las que hemos implementado a lo largo de muchos años para lograr esta meta global.
- Manejo de los vientres
1.1 Temporada de monta.
Se inicia el 10 de Febrero y finaliza el día 30 de Junio, con la finalidad que los becerros nazcan en verano. Los becerros que nacen en la época de invierno se mueren muchas veces y, si no, sufren mucho por las lluvias y por la inundación provocada por éstas. De allí que se haga imprescindible que los becerros estén bien desarrollados antes de la entrada de aguas. Es necesario mencionar que los becerros que nacen en Noviembre y Diciembre siempre se desarrollan mejor que los que nacen después del año nuevo. Por ello es muy recomendable el tratar de tener el pico de nacimientos en esta época, ya que las crías hembras, en particular, tendrán mejor desempeño como novillas al cumplir sus dos años. Recuerde siempre que cuando el rebaño ha logrado muy altos niveles de fertilidad, una manera de exigirle mayor fertilidad es recortando paulatinamente la temporada de monta, ya que los vientres de menor fertilidad son los últimos en preñarse.
2. Nacimiento de los becerros entre Diciembre y Abril.
Al nacer los becerros es recomendable tratarlos con alguna Ivermectina para controlar las gusaneras a consecuencia de las infecciones del ombligo. También es recomendable colocar un piquete en la oreja para indicar el mes de nacimiento. En este momento, todos los nacimientos deben ser anotados para que los becerros entren en el inventario. Al mes, se deben herrar con el número correspondiente al año de nacimiento y con su número de identificación individual. En este trabajo hay que revisar que las cantidades de crías herradas coincidan con las marcadas el mes anterior para estar seguros que no haya habido problemas de pérdidas por mortalidad o robo.
3. Destete total del rebaño en los meses de Septiembre y Octubre.
La vaca preñada tiene, aproximadamente, cuatro meses para recuperar su condición corporal antes del próximo parto. Quizás, este sea el aspecto más importante del año, por lo siguiente: Si el destete se efectúa muy tarde, la vaca no puede recuperar peso suficiente antes de su próximo parto, lo cual trae como resultado que el próximo becerro no se críe bien y, además es casi imposible que la vaca se preñe en la temporada de monta siguiente. Es en este preciso momento cuando se puede romper el paradigma del 50-60% de parición característico del llano. Recuerde que los vientres en su primera temporada se preñan rápido, paren gordos y temprano, destetan su cría, pero no se recuperan bien después de su primer parto. En su segundo parto paren más flacos; no se preña fácilmente; desteta su becerro y generalmente queda vacía (de esta manera es como empieza el ciclo de nuevo: ¡50- 60% de parición!). Si la vaca se recupera rápido después del destete y está gorda antes de cada parto, mostrará un porcentaje de parición en su vida útil de 75 a 80%. Es oportuno mencionar que esto no sucederá con vacas demasiado grandes ya que sus requerimientos de comida para mantenimiento son siempre muy altos y los niveles de nutrición disponibles en las sabanas apureñas no dan para cubrir esos requerimientos de mantenimiento tan alto y, además, para otra lactancia. Esto trae como resultado que la vaca grande pierda demasiada condición corporal y que en consecuencia, estando parida y lactando, no se preñe nuevamente. Las vacas con pesos alrededor de los 420 a 440 kilos son las ideales. Destetar antes de éste momento siempre afectará el desarrollo del becerro y, además, es tarea difícil cuando las sabanas se encuentran muy anegadas.
4. Las crías en el post destete necesitan las mejores condiciones posibles.
Hay que disponer de poteros secos, preferiblemente con pastos sembrados para el momento inmediatamente post destete. Debe tenerse mucho cuidado de establecer un programa antiparasitario y una suplementación mineral adecuada para que las mautas puedan alcanzar el peso y el tamaño mínimos para el apareamiento a los dos años de edad. Este cuidado hay que mantenerlo hasta que conciban por primera vez.
En el caso de los mautes es recomendable aplicar las siguientes prácticas:
a. Mantenerlos apartados y distantes de las hembras.
b. Ubicarlos en potreros con buen pasto.
c. Aplicarles un antiparasitario.
d. Suministrarles una mezcla de minerales adecuada.
e. Venta (según criterio de cada unidad de producción)
5. Selección de las novillas de reemplazo.
Las novillas de reemplazo deben alcanzar un peso mínimo 290 kilos a los dos años de edad y no presentar defectos fenotípicos. No hay que entrar en muchos detalles, recuerde que “bella es lo que bella hace”
6. Temporada de monta.
La temporada para el servicio de las novillas de reemplazo no debe ser mayor a los 110 días, comenzando el día 15 de Febrero. Los vientres que conciben más temprano en la temporada paren el becerro al inicio de la temporada de parición y tienen mayores probabilidades de concebir nuevamente en su segunda temporada de monta.
7. Palpación ginecológica de las novillas.
Una vez realizado el diagnostico de gestación en las novillas servidas, las que resulten preñadas se deben ubicar en los mejores pastos para que alcancen el tamaño y la condición suficiente al parto para criar adecuadamente su primer becerro y tener buenas posibilidades de volver a concebir en la siguiente temporada de monta.
8. Las vacas en su primera lactancia.
Es altamente recomendable mantener las novillas recién paridas (o vacas de primera lactancia) aparte del resto del rebaño ya que su trato es algo diferente. Esta es la época más difícil en la vida de un vientre: han sido sometidas por primera vez a una serie de condiciones estresantes como son la gestación, el parto, la lactancia, el cuidado de una cría y, además, tienen requerimientos nutricionales adicionales para lactar su becerro y para terminar su fase de crecimiento (todavía no han alcanzado su peso y su tamaño de hembra adulta) y, por si fuera poco, deben preñarse nuevamente. Si las condiciones de nutrición, agua de bebida, salud y bienestar general de las novillas no se cumplen, ellas no lograran re concebir nunca. Por lo tanto, es imprescindible suministrarles la mejor alimentación posible, una mezcla adecuada de minerales, abundante agua potable y algo muy importante: ocasionarles el mínimo de molestias. Dada su condición juvenil, ellas son de temperamento nervioso y abandonan a sus crías a la más mínima provocación. Por lo tanto, los trabajos que haya que hacerles deben ser realizados con el mayor cuidado y la menor perturbación. Cualquier maltrato ocasionado a este grupo de animales durante su época de levante los transforma en mañosos y difíciles de lidiar. De allí la necesidad de convertir estos vientres en animales mansos y acostumbrarlos a los trabajos de rutina es de enorme ayuda en su manejo cotidiano.
9. Las vacas en su segunda gestación
Configuran la mayoría de los vientres del rebaño y por lo tanto deben ser sometidas a los criterios mínimos de producción exigidos por cada unidad de producción:
– Este grupo de vacas paridas debe reiniciar su temporada de monta el día 01 marzo y prolongarla hasta el día 15 de Junio. Este criterio, lógicamente, es susceptible de ser modificado dependiendo de las condiciones particulares de cada unidad de producción.
– Las vacas vacías deben ser expuestas a toro durante un periodo de 63 días (lo cual representa la oportunidad que tendría cada una de ellas de presentar, en promedio, tres celos) Debe dársele inicio a partir del día 10 de Febrero.
10. Historial productivo herrado en el lomo.
Esta práctica de manejo es una herramienta muy sencilla y muy necesaria. En el momento de la palpación las vacas vacías se hierran con la letra X. Las vacas preñadas quedan sin marca. En el trabajo de entrada de aguas, todas las vacas que han parido deben marcarse con el número del año. A manera de ejemplo: una vaca de 10 años de edad podría exhibir el siguiente historial en su lomo: 3X567X90, indicando que quedo vacía en su segundo y sexto años de producción. Se recomienda que las vacas que se preñan pero no presentan su becerro durante esta actividad, debieran ser eliminadas del rebaño de cría.
11. Criterios para la eliminación de vientres.
a. No concebir como novilla de reemplazo a los 2 años de edad en su primera temporada de monta. Ello es indicativo de baja fertilidad, poca precocidad, inadaptación al medio o tamaño demasiado grande. Ninguno de esos aspectos es deseable.
b. Quedar vacía por segunda vez en su vida productiva. Esto se aplica en rebaños de alta fertilidad. Cada situación particular debe establecer sus criterios propios y establecer sus niveles de exigencia de conformidad a sus niveles de productividad.
En lo que se recomienda ser implacable es en el caso de los vientres que quedan vacíos dos años consecutivos. Ello debe catalogarse como imperdonable desde el punto de vista de la eficiencia de la producción del rebaño.
c. No parir su becerro habiendo quedado preñada. Esto puede ser indicativo de aborto, mortalidad embrionaria o cualquier otra causa. A todo evento, lo recomendable es su eliminación del rebaño de cría. Puede que se pierdan algunos vientres en este proceso, bien porque las crías fueron robadas o comidas por algún depredador (lo cual podría ser considerado incluso como defecto de escasa habilidad materna); pero al menos, de esa manera, se garantiza evitar mantener vientres con problemas hereditarios o sanitarios. Si el porcentaje de vacas incluidas en esta categoría es superior al 10 por ciento de las vacas preñadas, ello es indicativo de problemas por lo cual se hace necesario la necesidad de investigar las causas o los motivos que pudieran estar generando esta anomalía (como por ejemplo: brucelosis, leptospirosis, robo, e inclusive mucha movilización, lo cual causa molestias al ganado, provocando abortos o abandono del becerro, especialmente en los vientres de primer parto).
d. Becerros de mala calidad. Esto indica que la vaca carece de habilidad materna o produce poca leche. También puede ser indicativo de problemas sanitarios producidos por Leptospiras.
e. Problemas de pezuñas y ubres. Estos problemas reducen mucho la productividad de un animal. Hay situaciones que involucran factores de naturaleza genética que pueden ser transmitidos a sus crías.
f. Problemas genitales o del tracto reproductivo. Aquí deberá prevalecer el criterio del Médico Veterinario lo cual pudiera implicar la eliminación inmediata del vientre.
g. Vientres mayores a los doce años de edad. Aunque hay muchas excepciones, las vacas empiezan a perder productividad debido al deterioro provocado por la edad avanzada o vejez del animal ocasionándole artritis o problemas de desgaste de la dentadura, por mencionar algunos. Este tipo de vientres debe descartarse, por lo que se recomienda ubicarlos en potreros aparte sin aparearlos y engordarlos para luego ser enviados al beneficio, independientemente del excelente desempeño que hayan podido lograr en el rebaño (deberían haber dejado más o menos 5 crías en el rebaño como producto). Es decir, apartarlas cuando están vacías para la ceba y venderlas gordas para lograr precios de clasificación B.
II. Manejo sanitario
En el sistema de manejo tradicional de los rebaños de cría en las sabanas de Apure, el control sanitario es muy rudimentario y prácticamente limitado a la cura de las miasis o gusaneras y a las renqueras o a la aplicación de las vacunas de carácter obligatorio. Hoy día, debido a la intensificación de la producción y a la mayor carga de animales en las sabanas, combinado con la proliferación de varias enfermedades autóctonas o introducidas, se hace necesario estar al día con el programa sanitario, además de estar precavidos en el sentido de recurrir de manera regular a los servicios de tipo médico veterinario para obtener muestras de sangre del rebaño y constatar si se están presentado problemas nuevos. Hay muchos problemas de salud ocasionados por endo y ectoparásitos que producen enfermedades que afectan muy negativamente el desempeño del rebaño, lo cual se refleja en bajos niveles reproductivos, altos niveles de abortos y elevada mortalidad. También es esencial prestar especial cuidado cuando se introducen animales de cría comprados a otro productor los cuales puede ser portadores de enfermedades y pueden contagiar su rebaño.
- Manejo de los Sementales
1. Como regla general, se recomienda utilizar una proporción de cinco por ciento de sementales en relación al número de vientres a servir. Es decir, 1 semental por cada 20 vacas. Aunque un semental puede cubrir mas vacas en una temporada, cuando estamos en presencia de rebaños multitoro, los buenos sementales deben cubrir la ineficiencia de los malos. Los malos son aquellos de poca libido o los que se apartan del rebaño por miedo a los toros más agresivos o los que desde el punto de vista de su calidad andrológica no tienen buen desempeño. De cualquier manera, los sementales que no trabajen o trabajen poco deben ser identificados y eliminados del plantel.
remplazar un 30% de sementales anualmente. Ello permite renovar el plantel de sementales cada tres años. Al cumplir tres años de servicio deben ser sustituidos del plantel ya que es posible que sus propias hijas puedan encontrarse entre las hembras que está sirviendo. Además, a partir de los 6 años de edad se tornan difíciles de manejar, tienden a apartarse del rebaño y son demasiado pesados. Cualquier defecto visible también debe ser motivo de eliminación del semental.
3. Si va a adquirir sementales de centros de recría tiene que tener en mente los siguientes aspectos:
– Sementales que ya estén aptos para el servicio (mínimo 2 años de edad)
– Sementales climatizados a las condiciones del llano venezolano. Esto es muy importante porque a los sementales criados en condiciones más favorables les cuesta mucho adaptarse al clima y a la plaga del llano, incluso, hasta pueden morir.
– Confirmar su estado de vacunación y si cumplen con los demás requisitos sanitarios.
-Preferiblemente, exigir que tengan evaluación genética que le ayude en la selección de los sementales más adecuados para mejorar su rebaño. Esto incluye datos de crecimiento y de fertilidad.
4. Reposición de sementales en los rebaños
Un aspecto importante que debe ser tomado en consideración es el de la reposición de los sementales en los rebaños. Como se sabe, es costumbre de los ganaderos tradicionales dejar los toros padres por mucho tiempo en los rebaños como una opción para economizar en la compra de reproductores sin saber que le están haciendo un daño a su ganadería.
Reponer los reproductores a tiempo, usándolos por un periodo no mayor de tres años, significa una serie de ventajas que a continuación se mencionan:
a)- Los sementales deben comprarse a la edad de dos años y deben reunir una serie de condiciones para desempeñar dicho trabajo, como son: comprar sementales preferiblemente con datos de producción; con buen desarrollo corporal; criados en condiciones lo más parecidas a su centro de producción; con pruebas andrológicas; y con todos sus certificados de salud. Esto le permitirá usar su semental durante un periodo óptimo no mayor a tres años.
b)- Usar los sementales durante un periodo de tres años le permite aprovechar al máximo el potencial de dicho reproductor en cuanto a vida útil sexual se refiere.
c)- Desde el punto de vista económico, usted va a vender un semental de cinco años de edad, lo cual le permite engordarlo bien y, por consiguiente, venderlo a mejor precio en el mercado. Hablando en lenguaje llanero: no deje que su semental se palotee y luego se lo paguen en el mercado como un animal tipo Industria el cual, por supuesto, lo pagan a menor precio.
d)- Vender un semental de cinco años de edad le permite, además, reponer su padrote sin desembolsar mucha cantidad de dinero ya que si usted compro un buen toro este debe pesar a la edad de cinco años por lo menos 750 kg que significa aproximadamente el 70% del valor de reposición del nuevo ejemplar.
e)- Le permite además, quizás lo más importante, acceder a las mejoras genéticas que su proveedor de reproductores ofrece.
En conclusión:
a)- Compre sementales jóvenes para asegurar una mejor adaptación a su rebaño.
b)-Realice pruebas andrológicas a sus sementales antes de cada temporada de monta.
c)- Compre preferiblemente sementales con datos de producción.
d)- Reponga el 30% de sus sementales todos los años.
e)- Compre sus sementales donde el medio ambiente sea o más parecido su centro de producción.
f)- Cebe sus sementales descartados para obtener el mejor precio del mercado.
IV. Manejo de la Sabana
1. Todo el rebaño debe tener acceso al pasto en cantidad y calidad suficiente para alimentarse de manera acorde con sus necesidades. De igual manera, debe tener acceso a agua limpia y gozar de buena salud para cumplir con todos sus requerimientos de manutención y producción, para de esa manera, expresar su potencial genético durante los 365 días del año. El viejo concepto que predica que en cualquier época del año el ganado “aguanta” hasta que llueva o a que bajen las aguas, está completamente equivocado. La función primordial del propietario o del administrador es identificar por que el ganado está pasando necesidades y corregir el problema para el futuro.
2. Las vacas de cría en la sabana tienen que estar en pastoreo continuo. En potreros grandes de sabana es muy difícil practicar rotaciones y ya se menciono antes que mover mucho el ganado de cría resulta en problemas de abandono del becerro, pobre utilización de la sabana y atraso del ganado mientras se acostumbra al potrero nuevo.
- La carga animal está definida por el punto más estrecho del año (esto
varia de finca a finca y de potrero a potrero). Sobrepasar la carga en cualquier momento hace a sufrir al rebaño entero. Para tener un potrero de utilidad uniforme tiene que haber una relación equilibrada entre la tierra baja (inundable) para el pastoreo del verano y la tierra alta (seca) para el pastoreo del invierno. Ello permitirá que el ganado tenga buen forraje durante ambas estaciones del año. Pueden suceder problemas en otras épocas, como por ejemplo, en Diciembre (en plena parición) cuando los bancos están pelados ya no crece más el pasto y los esteros se encuentran llenos de agua todavía. Eso nos debe reafirmar el criterio de la necesidad de estar pendientes durante todo el año y año tras año. Si la deficiencia en un potrero es de pastos en la segunda parte de verano, entonces se puede recurrir a alguna forma de retención de agua (tipo compuerta o modulo) para mantener humedad en los suelos bajos y por ende crecimiento del pasto. Si la deficiencia es de pastos en la época de invierno, muchas veces esto puede ser corregido mediante una siembra estratégica de pasto (B .humidicola) en los bancos. Ahora bien, de nada sirven estas recomendaciones si el potrero está mal diseñado desde el principio con una relación muy dispareja de tierra alta y baja, en cuyo caso es preferible modificar las cercas.
4. Los bebederos de agua tienen que estar ubicados estratégicamente para que el ganado no pase demasiado tiempo caminando entre comida y agua durante el verano. El agua puede ser almacenada en los caños sabaneros reteniendo el agua con una compuerta en el momento justo. Otra solución podría ser un molino de viento con su tanquilla, bebedero y préstamo para guardar el exceso de agua para aquella época cuando no hay brisa al final de verano. Lo ideal sería mantener el préstamo cercado hasta el momento de mayor necesidad para que este se mantenga en las mejores condiciones.
5. Un paradero con un corral sencillo y comederos para suplir la sal o los minerales es esencial para recoger el ganado y hacer los trabajos de rutina. Si es posible, ubique este corral en un punto central del potrero (en un punto alto que permita su uso durante todo el año) para que ninguna parte del potrero quede demasiado lejos.
6. Generalmente, los planteles no deben exceder los 500 vientres ya que por encima de esta cantidad los lotes se hacen difíciles de manejar.
7. En potreros muy grandes de sabana es muy importante que las vacas se queden en el mismo potrero de por vida (mientras no salga vacía) ya que solamente las vacas “baquianas” aprovechan al máximo la sabana. Esto es muy importante en potreros de gran superficie (más de mil hectáreas) ya que al ganado le cuesta familiarizarse con todo el potrero. El ganado nuevo puede irse agregando al rebaño sin problema porque seguirá el camino que marquen las vacas baquianas.
8. Para que el ganado pueda aprovechar la totalidad de la sabana, no debería recogerse el rebaño con demasiada frecuencia (no más de dos veces a la semana) ya que les lleva más de un día llegar a los puntos más lejanos al paradero. Sin embargo; no es conveniente dejar el ganado tanto tiempo solo para evitar que se alce y pierda la costumbre de ir al paradero. Además, cualquier problema de salud (gusaneras, etc.) dejado por mucho tiempo sin ser curado puede causar la muerte de un animal. La costumbre de encerrar el ganado todas las noches es un grave error porque las vacas nunca llegan a los extremos del potrero y por tanto hay una pésima utilización de la sabana. Si existen problemas de seguridad es conveniente colocar vigilancia durante la noche.
9. El uso de la quema en forma controlada es muy útil para regenerar los pastos muy viejos y para eliminar algunas de las malezas no deseadas. También hay que quemar materia seca durante la bajada de aguas como contrafuego, especialmente en aquellas zonas sujetas a la quema no deseada en el verano. Hay que entender que la quema es una herramienta de uso muy delicado y el sobre uso de la candela puede causar la abundante aparición de especies tolerantes al fuego en detrimento de los pastos. También hay que reconocer que un exceso de pastos viejos es indicativo de manejo inadecuado de la sabana.
10. Tomando en cuenta estos puntos, se podrá observar que el ganado practica una rotación natural en la sabana aprovechando cada zona o sector cuando los pastos están en su punto optimo de calidad. El resultado de esto es que la sabana no se deteriora y el ganado coexiste en armonía con su ecosistema de una manera sustentable.
- Manejo de Registros y Estadísticas
Este es un aspecto de la administración que es muy importante para medir, de manera objetiva, el desempeño del ganado en la unidad de producción. Hay que entender que las estadísticas no son cifras para hacer comparaciones con los vecinos ni para hacer alarde de ellas. Si va a compararse con otras unidades debe entonces conocer cuáles son los niveles de producción de los mejores, los del promedio y los niveles de producción de los peores de su región para, de esa manera, tener una estimación acerca de donde se ubica la producción suya. Pero las mejores comparaciones realmente se hacen con uno mismo de un año a otro. Esta es la mejor herramienta para evaluar la producción objetivamente.
De esta manera se identifican las diferencias de su nivel de producción comparado con los de la región y con uno mismo. La parte más difícil es la interpretación de las cifras, razón por la cual deben evitarse las conclusiones equivocadas o inconvenientes. La información también ayuda en la toma de decisiones tales como cuales deben ser los niveles de reemplazo de vientres y, en consecuencia, establecer la posible cantidad de animales de las diversas categorías que habrá para la venta.
La medición objetiva de los registros de producción debe hacerse de la manera más imparcial y de la misma manera todos los años. Quien busca maneras de demostrar su producción favoreciéndose se está engañando a sí mismo. La medición de características que no son de importancia económica es una pérdida de tiempo. La medición incompleta o mal hecha también es una pérdida de tiempo. En general, los aspectos que se evalúan en los rebaños de ganado de carne deben ser los siguientes:
Preñez
Debe hacerse por medio del diagnostico de gestación mediante la palpación rectal de todos los vientres del rebaño, al menos dos meses después de terminada la temporada de monta. Este es probablemente el mejor indicador de los niveles de nutrición de su rebaño. Es útil, además de analizar el porcentaje general de gestación, evaluar el porcentaje de preñez de las novillas apareadas por primera vez, el de las vacas lactantes y no lactantes y también por grupos, si el rebaño esta divido en diferentes grupos. Cualquier diferencia significativa (por lo menos 5%) de un año para otro en cualquiera de los grupos mencionado, debería ser analizada para ver si existe una explicación racional. Muchas veces estas diferencias son explicables por las diferencias climáticas que hay de un año para otro; pero también, en el caso que la producción baje, ello puede ser debido a sobre carga de ganado en una época critica del año o problemas de salud. Esto demuestra que las estadísticas no pueden ser usadas solas. Para poder entender estos aspectos a cabalidad es necesario que uno haya observado las condiciones de los animales y de la sabana durante todo el año para llegar a una conclusión razonable. Una vez que la conclusión está hecha, se ve si ello se debe a causas que debieran estar en control de la administración o no. Si ello obedece al primer caso, entonces hay que tomar medidas para evitar o repetir las mismas condiciones, dependiendo si las diferencias notadas eran positivas o negativas. Un ejemplo puede ser que la preñez de las novillas cayó en un 15% y usted recordó que este lote de novillas tenía un problema de parasitosis en los meses post destete, lo cual se tradujo en una pérdida de condición y desarrollo en ese momento crítico de su vida. Pero si en el pesaje anterior a la temporada de monta las novillas pesaron lo mismo que siempre, entonces se puede concluir que en este caso la caída de la preñez no se debió al problema de parásitos sino a otro problema. ¿Había suficientes toros? ¿Se quemo el potrero durante la temporada de monta? ¿Los ladrones perseguían las novillas por las noches? ¿Se daño el molino de viento? Cuando se identifica un problema, las estadísticas son una valiosa ayuda para identificar la causa.
Parición
¿Cuál es la diferencia entre vacas preñadas y becerros nacidos? Si esta cifra pasa del 10% se hace necesario encontrar una explicación. ¿Hay becerros orejanos robados? ¿Abortos? ¿Muchas molestias al ganado durante el periodo de partos causando abandono del becerro? ¿Presencia de depredadores? Responder adecuadamente estas interrogantes puede contribuir a la solución de los problemas observados.
Mortalidad de becerros
Hay que identificar problemas de salud o de manejo. Por lo mismo, si un cambio de manejo refleja un aumento de mortalidad, podemos notar que las estadísticas nos ayudan en la identificación de un problema. Si este es debidamente analizado y se aplican los correctivos necesarios, por ejemplo, cambiar ese aspecto del manejo, allí comprendemos de cuanta ayuda puede ser esa información estadística para lograr la solución del mismo.
Otros aspectos importantes a ser analizados podrían ser:
1) Mortalidad general.
2) Perdida de ganado (muertos, robados y desaparecidos).
3) Peso al nacer. Generalmente esto es un reflejo de la genética del ganado. ¿Se pueden notar diferencias entre grupos de sementales o por efectos raciales?
4) Peso al destete ¿Se deben a diferencias genéticas, a la nutrición, al manejo o la salud?
5) Historial individual de parición para cada vaca.
6) Edad del rebaño. ¿Cuántas vacas y de qué edades?