
En Margarita exportan algas marinas para múltiples usos
- AgroecologíaEntrevistasNoticias
- 14/08/2023
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PORTUGUESA-Venezuela.- El cultivo de algas en Venezuela es algo novedoso, pues no existe tradición de consumo, como en otros países. Sin embargo, eso no es problema cuando de emprender se trata y eso es lo que hacen William Hoce Fariñas, director de la empresa Tide y su esposa, María Gabriela Reyes Calderín, quienes en Nueva Esparta desarrollan la interesante producción de algas marinas como biofertilizante.
-¿Puede explicarnos cómo surge esta iniciativa de producir y cosechar algas en Venezuela?
-Hay ocasiones en las cuales las crisis generan nuevas oportunidades, solo hay que aprovecharlas. Nosotros comenzamos primero con el cultivo de algas y la exportábamos como materia prima. Como en toda nueva actividad, comenzamos a explorar e investigar el producto, los elementos que contiene, sobre todo lo referente a las fitohormonas de crecimiento, auxina, gibralina y citoquinina, nos dimos cuenta que eran importantes para el tema agrícola y que en Venezuela no existía este rubro, que constituye un importante biofertilizante ecológico, sustentable y muy efectivo, sólo hace falta darlo a conocer.

-¿Cómo ha sido el desarrollo de la actividad, con qué infraestructura cuentan?
-Nosotros estamos ubicados en el sector Guamache, del municipio Tubores de estado Nueva. Contamos con una planta, que es la primera planta de procesamiento de alga en el Continente Americano y nos hemos convertido en los mayores productores de alga, para orgullo venezolano. Con mucha humildad podemos afirmar que tenemos el cultivo más importante del continente americano.
Normalmente las empresas tienen que importar estos insumos, o son sintéticos. Por eso estamos desarrollando este producto que permite obtener mejores rendimientos en los rubros agrícolas. Actualmente estamos produciendo 200.000 litros mensuales para la comercialización.

-¿Cuál es el proceso para extraer y producir este producto?
-El proceso primero comienza desde la selección de una buena semilla del alga. Hicimos una mejora genética de manera manual. Posteriormente el alga se siembra, tarda de 45 a 60 días, después se cosecha. Al cosechar el alga se elige la mejor alga, la mejor calidad. El alga tiene una particularidad que crece de 8 a 10% diario. Bueno, crece de 8 a 10% diario y esto, si lo llevamos a la parte agrícola, va a mejorar los rubros, el rendimiento.
Entonces, de ahí hacemos esa selección, se le hace un lavado previo para quitarle las sales y otros residuos y lo pasamos por un proceso mecánico patentado de biorespinación. Luego lo estabilizamos, hacemos una cuarentena del producto y posteriormente lo envasamos y lo distribuimos.
El producto lo han utilizado algunas empresas formuladoras del producto. Nosotros lo producimos. Es decir, desarrollamos un extracto 100% puro de alga. A nivel internacional, los análogos de nuestro producto, diluyen el producto entre un 15% y un 30%, porque en esos países no cuentan con la cantidad de biomasa de alga para desarrollar el producto, así lo tienen que rendir. Entonces, nosotros le vendemos el producto como una materia prima y ellos lo personalizan, vamos a decirlo así, acorde a los rubros.
Por ejemplo, aquí como es un bioestimulante, lo utilizan como un complemento, para el paquete que generan con los otros fertilizantes e inoculadores. En el maíz amarillo tuvo un rendimiento de 105% y en maíz blanco de 33%.
Cabe destacar que la idea, como nosotros decimos, podemos hablar muy maravilloso del producto, pero lo importante es que lo prueben. Nosotros siempre decimos que la idea es que sea de productor a productor, por eso buscamos la manera de que lo conozcan, ya que como en Venezuela, antes no se cultivaba alga, digamos no hay tanto conocimiento de un bioinsumo, como en otros países donde ya hay tradición de consumo.
-¿Cómo es la presentación del producto?
-Tenemos litro, galón, 20 litros, 200 litros y 1000 litros.
-¿Tienen conocimiento de alguna experiencia específica de aplicación?
– Como ensayo, fue utilizado en Monagas, en la parcela que se llama la Unidad Agroecológica Formativa Bosque de Santinés que es algo importante en maíz, son esas parcelas que son inundables, entonces que no son aptas para el cultivo. Ahí se demostró que el producto, como le permite resistencia abiótica a exceso de agua o sequía, obtuvo buenos rendimientos.
-¿Cómo es la aplicación?
– El producto es líquido y dependiendo del rubro, nosotros tenemos una tabla de dosificaciones desde la semilla y de manera foliada. Se liga con agua para aplicar el producto, un litro por cada 200 litros de agua, un litro por hectárea, es lo que sugerimos.
Cabe destacar que ya depende del ingeniero o técnico de campo, si es un cultivo intensivo o extensivo. En el caso del plátano, por ejemplo, lo utilizan cuando fumigan el plátano, el producto es compatible con nanotecnología, con fungicida, es compatible con otros productos.
Por ejemplo, en maíz, las semillas se dejan remojando durante 30 minutos, de un litro a 1.5 litros por cada 100 kilos de semilla antes de la siembra. Después viene la primera dosis, realizar una aplicación foliar. Al décimo día, en la etapa de germinación, un litro por hectárea.
Luego, la segunda dosis de aplicación por aspersión, etapa B4-B6, un litro por hectárea. Luego, la tercera dosis de aplicación por aspersión, en la etapa B8-B10, un litro por hectárea. Y la cuarta dosis última es la aplicación por aspersión de 70 a 75 días, en la etapa de madurez, un litro por hectárea.
Cabe destacar que cuando uno habla de un litro por hectárea, estamos hablando de un precio estimado, por lo menos de 7 dólares el litro, puesto acá en Portuguesa. Los productos análogos que vienen diluidos, importados, cuestan hasta 25 dólares el litro.
Es decir, que te rinde el bolsillo y aparte te aumenta el rendimiento de producción, por lo menos en esos rubros.
-¿El producto cuenta con permisología? Este producto tiene registro INSAI, podemos comercializarlo a nivel nacional y también podemos exportar.
Nosotros tenemos tradición más que todo de exportación. Comenzamos primero por exportación, porque en términos de efectividad, en otros países ya conocían los extractos de alga y era más fácil que el producto entrara en el mercado. En Venezuela, recientemente, estamos comenzando con Portuguesa y Monagas y próximamente a nivel nacional, más que todo para los rubros del maíz y soya.
-Si la siembra es en el agua, ¿cómo miden ustedes por hectárea, por metro y cuántos kilos de masa o de biomasa producen una hectárea en este caso?
-En nuestro cultivo, gracias a Dios, tenemos un paquete tecnológico que hemos venido desarrollando. La teoría nos sugería que podríamos producir de 12 a 24 toneladas de alga seca, pero en alga húmeda estamos hablando de 240 toneladas frescas. Nosotros tenemos una producción de 700 toneladas de alga fresca por hectárea anual.
-¿A qué países exportan?
– Nosotros exportamos a la tercera empresa más importante del mundo, ubicada en Chile. Hemos tenido delegaciones de Corea, de Brasil y nos consideran como los mayores productores o uno de los mayores productores por hectárea del planeta.
Hemos desarrollado un gran rendimiento.
-¿Cómo evitan que el alga sea alimento para peces u otras especies marinas?
-Nosotros la protegemos con mallas para que no haya dispersión del recurso y para protegerla de herbívoros como tortugas, ranas, caracoles y algunos peces. Pero como nosotros creemos en la precisión, tenemos dos acuicultores que hacen monitoreo continuo y entonces hay extracción diaria.
-¿Cómo la cosechan, a mano o con máquina?
-A mano. La siembra es una siembra manual. Esto es una actividad en nuestra organización. Para 10 hectáreas poseen 250 trabajadores. Es muy manual. Hay un trabajo donde hay muchas mujeres que siembran las líneas, se llaman líneas, donde tú amarras la semilla, que es un talo del alga, y de 45 a 60 días, dependiendo de la época del año, se cosecha. Al cosechar, como el alga absorbe nutrientes, nosotros hacemos esos previos lavados para bajarle el pH.
-¿De dónde les vino la idea? Bueno, en el tema de la acuicultura, a nivel mundial, hay una tendencia hacia el alga y como estaba presente donde nosotros estábamos, empezamos a investigar, y nos dimos cuenta que podía ser una posibilidad. Había llegado la pandemia, entonces el emprendimiento surgió en un momento muy difícil, y hubo mucha determinación. Estamos desde el 2018, en el tema primero con una extracción, y después con el cultivo, cuando comenzó justamente la pandemia. Y gracias a Dios, cada día comenzamos, primero exportando tres contenedores, el primer año, el segundo año, seis contenedores. Ahorita, el año pasado, exportamos 59 contenedores. Somos el tercer rubro de exportación del Ministerio de Pesca. ¿Está hablando de exportación anual, mensual, semestral? Somos el tercer rubro de exportación del Ministerio de Pesca.
Después del petróleo, lo que más se exporta a Venezuela es camarón. Y nosotros, en la parte para el Ministerio de Pesca, somos el tercer rubro de exportación. Antes, en cierta manera, no se conocía de algo. Es más, nos llamaban locos, pero nosotros decíamos que de locura está hecho el mundo.
Nosotros le decimos, por ejemplo, a los agricultores, que si quieren cambio, tienen que hacer cambio. No hay idea descabellada. Hay que probar distintos métodos, evaluarlos, medirlos. A veces uno se resiste al cambio y, para uno romper los muros, tiene que estar abierto a nuevas ideas. Eso sí, midiéndolo, para que uno pueda ver si es productivo o no.
Igual así nosotros llevamos este producto, que más allá de que está hecho con amor, ya tiene una historia a nivel internacional. Y tan importante es que, por ejemplo, en Ecuador, que es un país que también hace acuicultura, en el tema de las algas, ellos producen 600 kilos diarios de algas. Y toda esa materia prima está destinada para bioestimulantes, para el uso del banano, el cambur o el plátano, que son grandes productores. En Brasil, lo que produce Brasil en 45 días, todo Brasil, nosotros lo producimos en un día.
O sea, nosotros producimos entre 20 y 30 toneladas diarias. Entonces decimos, bueno, ahora vamos a meter esa alga en ese extracto puro, en este bioinsumo, que es la tendencia. O sea, el futuro es hacia la parte orgánica. En la Comunidad Europea están prohibiendo, métodos y productos tradicionales o sea, para el 2030, que no es muy lejos, la producción es con tendencia orgánica. Y bueno, bendito sea Dios, nos convertiremos en unos productores y exportadores de este bioinsumo, hecho en Venezuela.
Visión Agropecuaria / Tibisay Muñoz
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