
En nuestros campos, está la solución / Werner Gutiérrez
- Opinión
- 30/12/2016
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Cierra el 2016, año de condiciones adversas para la mayoría de los venezolanos por la imposibilidad de acceder a los alimentos para su diario sustento. Innumerables análisis ya se han escrito para explicar las verdaderas causas de esta situación, no quiero ahora insistir en ello.
Hoy mi intención es sembrar optimismo y esperanza en los lectores de estas cortas líneas. Tenemos la real posibilidad en el 2017 de dar pasos firmes hacia la recuperación del sector agroalimentario venezolano, las propuestas y planes a seguir han sido presentados en diversos espacios, sólo hace falta el concretar el cambio de rumbo en el modelo agrícola – económico actual. Fundamentado en mis ya casi 30 años de experiencia como profesional de las ciencias del agro, puedo asegurar que sólo mediante la recuperación de nuestros campos agrícolas, ofreciendo condiciones favorables al sector agroproductor y agroindustrial del país, para lograr incrementar la producción y productividad de nuestros cultivos, rebaños, e industrias, podemos alcanzar la solución a la crisis actual.
Junto a nuestras riquezas naturales, disponemos del capital más importante, el humano. En nuestros campos lucha con profundo tesón “gente de carne y hueso que no se rindió, orgullosa de su herencia”, de tener como forma de vida la agricultura y/o la ganadería. Es un oficio que en la mayoría de los casos ha sido inculcado de padres a hijos, pero igualmente, nuevos emprendedores, con verdadera vocación para el arduo trabajo de las zonas rurales, se han incorporado a la noble y necesaria tarea de producir alimentos, a pesar del ambiente hostil que desde el gobierno se empeñan en dibujarnos.
Por los senderos de Calabozo, Guanarito o Sabaneta de Barinas existe una frase que define la voluntad de nuestros guerreros del campo “Los llaneros son del tamaño del compromiso que se les presenta”. Esta corta expresión, que tanto significado encierra, también puede aplicarse a quienes desde las montañas andinas, los valles de Carabobo, los módulos de Apure, la Mesa de Guanipa, o el Sur del Lago zuliano, con cada amanecer, inspirados por el aroma a café recién colado, toman con inquebrantable voluntad sus herramientas de labriego para seguir intentando producir alimentos para las familias de nuestra patria.
En el año que en pocas horas inicia, estos valientes continuaran con profunda pasión aferrados a la posibilidad cierta de transformar en realidad el sueño de lograr que algún día, los alimentos consumidos en los hogares venezolanos, serán cosechados por manos venezolanas, en tierras venezolanas, con tecnología venezolana y asesorados por profesionales venezolanos. Ese día, los miles de hombres y mujeres que formamos parte del sector agroalimentario nacional, podremos con el pecho lleno de infinito orgullo, anunciar que Venezuela alcanzó la verdadera seguridad y soberanía agroalimentaria. No descansaremos hasta lograrlo. Si se puede!
Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer –Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ