
Los vinos kosher y su delicado proceso de elaboración
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- 30/05/2017
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Los vinos kosher son aquellos aptos para el consumo de los judíos. Son vinos que están sujetos a un proceso de elaboración en el que intervienen exclusivamente manos judías, siguiendo una serie de estrictos lineamientos. El kosher debe ser supervisado por una persona caificada de la religión judía, generalmente un rabino. Desde el viñedo hasta la botella.
Proceso de elaboración de los vinos kosher
Kosher significa puro o apto, es un término que procede del yidish (judío o hebreo) y es parte de los preceptos del judaísmo. Indica cuáles alimentos y bebidas pueden, o no, ingerir quienes practican esta religión. En el caso de los vinos, esta certificación inicia en el viñedo, el cultivo debe reunir unas características muy especificas. Cuando llega el momento de la cosecha o vendimia, las uvas deben ser cuidadosamente recogidas y nunca se puede realizar durante el shabbat (día de descanso). Sólo se aceptan uvas en su estado óptimo de maduración y que se muestren totalmente sanas y enteras.

Las normas para su elaboración
Los utensilios, la maquinaria o cualquier elemento que pueda entrar en contacto con la uva o el mosto deberán haber sido previamente higienizados bajo la mirada de un rabino. Sólo un judío está facultado para realizar la manipulación de la uva y su prensado. En el proceso de vinificación también se deben mantener unas características específicas, este debe realizarse sólo en cubas de acero inoxidable. No se pueden utilizar levaduras seleccionadas para obtener mejores vinos y tampoco se pueden utilizar bacterias u otras enzimas.
Durante el proceso de maduración del vino, sólo un judío puede verlo, por lo que la bodega permanece sellada. Los enólogos evalúan el vino a través de una barrica que se dispone para ese fin y se informa al rabino de cada paso o proceso que debe seguirse.
Las botellas deben ser nuevas y se requiere sean supervisadas durante su fabricación. Finalmente, será necesario que el rabino marque las botellas con el sello de garantía kosher. A partir de aquí, cualquiera puede disfrutar de este vino, sin embargo, para los judíos el ritual continúa. La botella debe ser descorchada por un rabino, de lo contrario, ya no será un “vino sagrado”.