El desayuno del venezolano podría quedarse sin café
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- 25/06/2019
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Un importante número de venezolanos incluye al café en su desayuno. Podría calificarse hasta como un ritual, levantarse en la mañana y comenzar a colar ese polvo marrón intenso, que seduce con su particular aroma.
A pesar del alto costo del producto, son muchos los que hacen el sacrificio de mantener entre sus compras cotidianas el café. Sin embargo, la realidad de los productores del rubro es bastante complicada.
La directora de Café de Fedeagro, Diolegdy Páez, explica a HispanoPost que debido a la crisis económica que vive Venezuela, la producción del rubro ha venido mermando y cada día se hace más difícil cosechar el producto.
“El café como todos los rubros agrícolas se encuentra muy deprimido, debido a la falta de insumos necesarios para su siembra y también para su posterior cosecha. Actualmente estos insumos se consiguen a costos muy altos y el productor no tiene una economía protegida, por lo que es muy difícil producir el café”, precisó.
Páez señaló que la falta de efectivo hace muy complicado el pago de la mano de obra, lo que compromete la recolección de los granos y también la siembra dentro de los cafetales.
Indicó que otros graves problemas por los que atraviesan los productores, no solo de café sino de la gran mayoría de los rubros agrícolas, son la falta de electricidad en los campos y la escasez de combustible, que no permite llevar los productos a los centros poblados para venderlos.
“La falta de gasolina y electricidad nos afecta mucho en las zonas altas, debido a que estamos en lugares que se necesita movilizar maquinaria y personal para hacer los servicios de secado, los servicios de trilla y también para la comercialización del café”, explicó.
Precisó que los productores están tardando hasta 8 días para llevar los quintales de café desde la montaña, hasta los centros de comercialización, lo que se traduce en una demora importante para que el producto llegue hasta el consumidor final.
Denunció que para la zona alta del estado Portuguesa solo envían una gandola de gasolina a la semana y solo distribuyen 50 litros por carro. “Eso no te alcanza para nada, porque tienes que movilizar obreros, insumos, alimentos e inclusive café. A falta de efectivo entonces tenemos que pagarle con café a los obreros, la verdad estamos paralizados prácticamente”.
La también productora de café del municipio Chabasquen, indicó que en las últimas semanas la comercialización del producto ha descendido.
“En las últimas semanas el consumo ha caído 30% y eso nos ha bajado los costos por quintal de café. No tenemos un sistema confiable de comercialización que nos pueda garantizar que el productor pueda bajar a las zonas centrales de los estados y exista un proceso de compra directo”, indicó.
En cuanto a los créditos para la siembra, la directora de Fedeagro sostiene que la banca, debido a la estricta política de encaje legal promovida desde el Banco Central de Venezuela, ha acabado con cartera agrícola de todas las instituciones bancarias.
“El sector café siempre ha sido poco considerado en la banca para recibir créditos agrícolas, pero ese pequeño número de productores a quienes se les otorgaban, este año no ha sido beneficiado. Los prestamos están paralizados y la banca no les ha dado créditos”, señaló.
Queremos trabajar
Diolegdy Páez asegura que los caficultores confían en que la situación del país puede mejorar y por eso están dispuestos a seguir en los campos. Sin embargo, piden garantías para poder seguir produciendo.
“Nosotros queremos trabajar, pero necesitamos implementar un plan de renovación y uno de contingencia para los cafetales que hay en el país. Hemos visto como en los últimos 3 años ha disminuido la cosecha debido a la falla de fertilización. Hace 2 años había dinero para comprar fertilizante, pero había escasez del producto. Este año es peor porque no hay fertilizante y el poco que se consigue es demasiado costoso y el productor de café no tiene como adquirir estos insumos que son básicos para la producción”, explicó.
Informó que la producción este año podría cerrar en alrededor de los 400 mil quintales, lo que a su juicio es muy poco, debido a que el consumo nacional estimado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) está ubicado en 1 millón 617 mil 391 quintales al año.