Cacao de Barlovento: 5 productores obtienen Indicación Geográfica Protegida

Barlovento.- El cacao de las fincas de Serafín Álvarez, Rubén Alí Escobar, Pedro Moncada, Francisco Taguaripano y Julio García fue reconocido con el IGP.

En Barlovento, región reconocida por su historia en la producción de cacao, cinco productores se han destacado al obtener la Indicación Geográfica Protegida (IGP). Este reconocimiento, otorgado por el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI), certifica que el cacao producido en sus fincas tiene características únicas en el mundo, marcadas por el suelo, el entorno y las prácticas de producción y cosecha.

Estos productores, que ahora cuentan con IGP que le aporta identidad a sus cacaos son Serafín Álvarez, Rubén Alí Escobar, Francisco Taguaripano, Julio García y Pedro Moncada. Este certificado no es permanente y debe renovarse anualmente mediante estrictos controles y evaluaciones, lo que asegura el compromiso continuo con las buenas prácticas agrícolas.

Los protagonistas de esta historia son los productores, pero las autoras son Esther Rojas y Soraya Beatriz El Achkar las creadoras de Cakawa, una fábrica de chocolates de origen con sede en Altamira. Las maestras chocolateras realizan bombones y tabletas con cacaos de diferentes partes del país con procesos rigurosos y maquinarias especiales para realzar el sabor de cada cacao.

En esta ocasión se encargaron de asesorar, educar a cada uno de los productores para luego llevar la cosecha al laboratorio y, bajo rigurosas e innovadoras técnicas, producir chocolates con 72% de pureza.

Cosecha y producción, un proceso riguroso

La cosecha del cacao no es una tarea fácil, cada mazorca de un mismo árbol se madura de manera distinta. El procesamiento del cacao se pudiese dividir en las siguientes etapas:

Cosecha. La clave es identificar el punto óptimo de madurez de las vainas, lo cual requiere conocimiento experto debido a las variaciones en color y forma entre las diferentes variedades de cacao. Las vainas de cacao no maduran simultáneamente, lo que complica el proceso.

Recolección. Se realiza mazorca por mazorca, utilizando machetes o cuchillos especiales cuidando no dañar la almohada floral donde crecen las vainas de la producción futura.

Separación de granos. De las mazorcas recolectadas se comienza a separar grano por grano, se les hace control de calidad y se clasifica según su madurez y calidad de la pulpa.

Fermentación. Los granos se fermentan en cajas de madera por varios días, en esta etapa se desarrolla el sabor del cacao. Se rotan periódicas para asegurar un proceso homogéneo y se elimina la humedad del varietal.

Secado. Los granos, una vez fermentados, se secan para reducir la humedad.

Almacenamiento. Finalmente, el cacao se almacena en condiciones controladas, con baja humedad y sin exposición al oxígeno, hasta su venta.

El cacao de Barlovento, conocido como «Cacao Carenero», es un cacao criollo ancestral con características organolépticas únicas (que pueden ser percibidas por varios sentidos, tacto, olfato, vista y gusto). Los estudios morfológicos y de suelo han demostrado que este cacao posee un perfil de sabor distintivo, con notas a ciruela, uvas pasas, frutos secos, cambur, conserva de plátano, miel, cítricos y melaza.

La IGP garantiza que el cacao de estos cinco productores es único e irrepetible.

Obtener la IGP

Los productores tuvieron que someterse a un riguroso proceso que incluyó estudios de suelo y estudios morfológicos del grano. Este proceso, que puede durar hasta un año y medio, garantiza que el cacao cumpla con altos estándares de calidad y que se cultive siguiendo buenas prácticas agrícolas.

El sabor del cacao no solo depende de las plantas circundantes, como algunos creen, sino de factores como el varietal, los nutrientes del suelo, y los procesos de fermentación y secado. Con temperaturas controladas y métodos de fermentación supervisados, el cacao fino de aroma de Barlovento refleja años de tradición y conocimiento.

Bienmesabe hizo un recorrido por las cinco fincas certificadas con el IGP y conoció a todos los productores y sus métodos de procesamiento del cacao. A continuación, cada uno de ellos:

Serafín Álvarez

Serafín Álvarez, médico urólogo de profesión y productor, lidera el esfuerzo en su finca, Hacienda La Rivereña en el sector El Guapo, del estado Miranda. El cacao producido allí tiene notas de ciruelas, uvas pasas y frutos secos, sabores que reflejan la dedicación a prácticas agrícolas sostenibles.

En su hacienda, @barloa cacao, hacen tours para que los visitantes participen en catas de chocolate, aprendan sobre el proceso de fermentación y secado del cacao, y disfruten de un almuerzo en un entorno natural incomparable.

Rubén Alí Escobar

Otro productor destacado es Rubén Alí Escobar, cuyo chocolate da tonos florales y cítricos. Desde su finca en Las Tejas, logra capturar la esencia de su entorno, convirtiendo su cacao en una experiencia única.

Pedro Moncada

El chocolate producido por Moncada da tonos de uva de playa y ciertos sabores a miel y melaza.

Francisco Taguaripano

Desde Las Tejas, al igual que Rubén Escobar, Francisco Taguaripano aporta al panorama del cacao de Barlovento sabores dulces y cálidos que da notas de cambur, plátano y miel.

Julio García

«Es chocolate, este es un descriptor»: así calificó, la profesora Soraya, el chocolate del productor García.

El cacao venezolano, con su rica historia y diversidad de sabores, es un tesoro nacional que ha cautivado paladares en todo el mundo. Desde tiempos ancestrales, este fruto ha sido parte integral de la cultura y la economía del país, y su calidad excepcional lo ha posicionado como uno de los mejores del planeta.

La obtención de IGP de cinco productores en Barlovento es un reconocimiento a la excelencia de su cacao y a su compromiso con las buenas prácticas agrícolas. Este sello no solo garantiza la calidad y la identidad del producto, sino que también protege una tradición ancestral y promueve el desarrollo sostenible de la región.

El Estimulo / Swuany Uzcategui

Lea También: Fesoca: Hasta un 60% de ganancias del sector cañicultor se va en impuestos