
Urgen acciones integrales para rescatar el Sector Agroalimentario
- AgriculturaEntrevistasNoticias
- 17/03/2023
- 771

MÉRIDA-Venezuela.- “Es un problema de carácter estructural y por ende solo acciones integrales e integradas podrán contribuir a cambiar esta dirección y a abrir nuevos caminos”.
Este martes nos honró con su tan acertada participación durante la transmisión de nuestro programa estelar Visión Agropecuaria, la Doctora Luisa Elena Molina, quien es una gran investigadora, experta en el área agroalimentaria y durante casi 40 años ha desarrollado extensos estudios relacionados con el tema.
Molina es Doctora en Geografía Universal, Máster en Ciencias de Desarrollo Agrario, Geógrafo, Profesora Titular del Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales e Investigadora adscrita al Centro de Investigación
Agroalimentaria de la Universidad de Los Andes (CIAAL) y Miembro de la Cátedra UNESCO de Alimentación
Ha enfocado sus estudios particularmente en el Sistema agroalimentario venezolano, en sus debilidades y fortalezas.
Al respecto advirtió justamente el año pasado, que su deterioro actual pudo haberlo evitado el Gobierno Nacional, pero la advertencia más seria fue que esa crisis estaría propensa a agravarse por su falta de interés de implementar políticas estructurales y coherentes en materia agroalimentaria.

Situación actual del sector agroalimentario
La opinión de la experta coincide con la de muchos otros investigadores quienes afirman que los problemas que dieron origen y que mayormente siguen afectado a la producción agrícola nacional son la falta de financiamiento, la escasez de combustible y las fallas en el sistema eléctrico, el gran número de importaciones de rubros carentes de toda clase de normas sanitarias o de inocuidad y exentos de aranceles.
En consecuencia recomienda desarrollar políticas relacionadas con la calidad e inocuidad dentro de las Cadenas agroalimentarias. Aunque considera que es sumamente cuesta arriba por las limitaciones que se derivan de las marcadas fallas en el resto de los servicios públicos.
Molina afirma que recientes estudios de organismos como el Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA), demuestran que efectivamente en la actualidad, en comparación con años anteriores como el 2015 y el 2016, ha habido ciertas mejoras, en el Sistema agroalimentario; sin embargo la situación es sigue siendo “abrumadora”.
Considera que la actual crisis que se vive en el sistema educativo universitario y que se ha generado a raíz de los bajos sueldos de los docentes en ese escalafón, debe ser un referente para evaluar la trágica situación que viven actualmente el resto de los venezolanos, particularmente quienes dependen económicamente de un salario mínimo y no tienen acceso a otra forma de ingreso.
“Ciento treinta y ocho bolívares como ingreso mínimo representa un estado de pobreza extrema para quienes sólo dependen de ello”.
En este sentido concluye que la situación actual es tan severa como la que se vivió durante esos años; particularmente porque de nuevo se está incrementando la inflación, lo cual ayuda a que siga cayendo de forma dramática el salario.
Es por esta razón que una vez más emplaza al gobierno a implementar políticas públicas tendientes a la recuperación del ingreso de los venezolanos, en virtud de que panorama desolador de la caída de los ingresos, afecta a la población en general, pero evidentemente a los sectores productivos del país.
Debilitamiento de la producción hortícola
La situación actual del sector hortícola habla de ese debilitamiento de los sectores productivos del país. Se evidencia de forma particular en el hecho de que muchos productores hortícolas hayan tenido qué migrar hacia la producción de otros rubros.
Esto entre otras razones a raíz de la crisis severa que vivió el sector por falta de agroinsumos, particularmente a partir de 2015 y durante el 2016 y también por falta de mano de obra, debido a la creciente ola migratoria que se experimentó durante esa época.
Menciona que por ejemplo en los páramos merideños, los productores se vieron obligados a cultivar rubros distintos a la papa y a la zanahoria, los cuales eran los cultivos por excelencia en esa zona, migrando hacia el cultivo de cereales.
En la actualidad, la realidad en la zona da cuenta que, de una producción que se ubicaba entre 15 y 20 rubros; actualmente sólo quienes han mostrado una vaga recuperación han sido precisamente los productores de papa y de zanahoria y ligeramente brócoli y coliflor. Quedando desplazada toda posibilidad de producir otras hortalizas.
En consecuencia, la crisis en este sector, afecta la situación en torno al consumo de vegetales, tal como viene ocurriendo con el de carnes y lácteos.
Esto se traduce en que la disminución en la producción de hortalizas diversificadas en los valles altos andinos, limita aún más su alcance por parte del venezolano y en consecuencia no formarán parte de su dieta.
Es decir, el venezolano promedio no tiene acceso a la proteína animal o lo que se conoce como calorías caras (carnes), ni a los micro nutrientes caros (vegetales); lo cual significa que todos los grupos de la población sufrirán el impacto de no contar con una dieta adecuada.
No hay capacidad de acceso a los alimentos
En conclusión la estrepitosa y progresiva caída del ingreso, ha hecho que disminuyan los niveles de consumo. Por lo tanto; así haya una recuperación en todos los sectores que conforman las cadenas agroalimentarias, la situación no cambiará, si no mejoran los ingresos y la mayoría seguirán sufriendo el impacto porque no hay posibilidades de compra.
Un círculo vicioso
Durante la década pasada se vivió la más cruel y dramática situación de escasez de alimentos por un periodo de seis años aproximadamente.
Sin embargo en la actualidad, los anaqueles de los supermercados del país muestran inmensas cantidades de productos.
Esta sensación de abundancia, a juicio de la experta e investigadora no es un referente para pensar que el venezolano se alimenta bien y que sus niveles nutricionales son los exigidos dentro de una dieta sana y adecuada y esto se debe evidentemente al bajísimo poder adquisitivo del venezolano, el cual le permite adquirir apenas lo estrictamente necesario para cubrir sus necesidades nutricionales .
Poblaciones vulnerables las más afectadas
“Si la situación es dramática, lo es más aún para las poblaciones vulnerables”
menciona que según cifras arrojadas por un estudio de CENDAS, se estima que en el país se requieren alrededor de 64 salarios mínimos para tener acceso a la canasta básica alimentaria; situación que es aún muchísimo más grave para las personas vulnerables: niños, embarazadas y personas de la tercera edad.
A su parecer en el caso de los adultos mayores, esto en parte les está sucediendo porque en su mayoría se quedaron sin familiares en el país debido a que la misma crisis los obligó a migrar.
¿Qué está comiendo el venezolano?
asegura que estudios de expertos nutricionistas como Susana Rafally, Maritza Landaeta, entre otros revelan; que en la actualidad se está experimentando un significativo aumento del consumo de carbohidratos (cereales, raíces y tubérculos, harinas, entre otros).
Esto se comenzó a evidenciar, inicialmente debido a la escasez de alimentos y se ha mantenido en la actualidad a raíz del bajo poder adquisitivo.
Lo que quiere decir que en la dieta del venezolano existe una marcada ausencia de proteína animal y vegetal; elementos trascendentales para mantener el normal estado de la salud del individuo, para que éste pueda desarrollar normalmente sus actividades.
Por otra parte señala que otras fuentes como las asociaciones de ganaderos y de productores sostienen que desde hace una década aproximadamente, en el país ha disminuido considerable y progresivamente el consumo de carne y de productos lácteos.
“Significa que por ejemplo en el caso de nuestros niños que es un caso que amerita el consumo de productos lácteos y sus derivados, no ha tenido accesos a este alimento tan importante”
Punto de partida para el cambio
Insiste en que por tratarse de un problema es estructural, el gobierno debe estar consciente y comenzar generando el cambio a través del cambio de la temática del discurso, el cual a su juicio debe estar enfocado en cifras reales de producción y no en números inventados tal como los que refirió Nicolás Maduro, quien afirmó durante uno de sus últimos discursos que en el país la producción agrícola se ubica en un 95%.
porque mientras se sigan manejando unos panoramas que no existen, tampoco va a existir un un sistema agroalimentario idóneo; es decir que tenga la fuerza para mantenerse en el tiempo, o el que se conoce como Producción de Triple Impacto; es decir, se forma con base una sostenibilidad palpable y segura, desde el punto de vista económico, social y ambiental.
¿Cómo la FAO premia al actual gobierno porque en el país aparentemente hay una seguridad agroalimentaria?
Recordemos que en 2013 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) otorgó un premio de reconocimiento al Gobierno Venezolano por presuntamente haber logrado los objetivos del “Reto del Hambre Cero”.
Al ser consultada al respecto Molina agregó que sobre este hecho maneja dos hipótesis:
En primer lugar que es posible que la FAO para ese entonces haya fundamentado sus criterios en cifras aportadas por el propio gobierno, quien tiene acceso a operar según su conveniencia, a alterarlas, o simplemente a ocultarlas.
La segunda hipótesis que maneja es, que posiblemente algunos organismos internacionales de alguna forma tengan alguna afinidad política con estos países donde existen graves problemas de hambre y este compromiso queda en evidencia con estas formas de actuar.
“Un organismo internacional objetivo sería imposible que hubiese otorgado un premio de esta naturaleza a un país donde se estaban acumulando problemas tan severos que afectan tanto a la producción, transformación, como consumo de alimentos”.
Situación actual del Programa de Alimentación Escolar
Respecto a este programa considera que si en la actualidad el gobierno fijase su atención al menos en este programa, dándole prioridad para tal fin a la producción nacional y regionalizada, sería un gran impulso o estímulo para avanzar en el tema de alimentación en los niños.
No hay cambio de planes y estrategias
A su juicio los problemas que se viven en la actualidad en el sector agroalimentario venezolano son los mismos que se generaron desde hace más de dos décadas
Por consiguiente los planes para combatirlos también lo son. Por esta razón urge un cambio de estrategias por parte del gobierno a quien catalogó de indolente ante la magnitud de esta problemática, que además asegura es incomprensible y solamente justificable para el pequeño porcentaje de venezolanos quienes hacen “jugosos negocios” con esta crisis y quienes persiguen solamente seguir en el poder.
Recuperación no sostenible
Relacionado con la leve recuperación del sector, la cual se palpó a partir de finales del año 2021 y durante el 2022, asegura que este hecho fue el producto de unas medidas coyunturales, más no de unas políticas basadas en la sustentabilidad.
“Cuando un estado no comprende el papel que le toca jugar frente a la sociedad, pues estamos muy mal”
Situación actual de la Universidades
Aun con la firme esperanza de que haya un pronta recuperación de las universidades del país, sopesa que la situación es compleja debido a la baja matrícula que en la actualidad se maneja, en primer lugar por la gran cantidad de estudiantes que se han ido del país como por la falta de profesionales expertos e investigadores cuyo talento está siendo el aprovechado en otras naciones, sumado a que el ingreso de un profesor titular medio está por debajo de los 40 dólares mensuales.
www.visionagropecuaria.com.ve / Zuleima Falcón Velásquez
Lea También: Gioconda Rivas y su labor en beneficio de la Mujer
Forma parte de nuestro canal en Telegram y mantente informado del acontecer Agropecuario de Venezuela y Latinoamérica en: Visión Agropecuaria