Según la ciencia, el vino con corcho sabe mejor
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- 24/10/2017
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Destapar una botella de buen vino es sinónimo de un momento de alegría. En tiempos recientes, el acto de abrirla ha cambiado un poco. Algunos productores han decidido sustituir el tradicional corcho por tapas de rosca. Los amantes de esta bebida han iniciado el debate: ¿influye esto en el sabor y la calidad? Como siempre, la ciencia ha dado una respuesta y ésta favorece a quienes son conservadores.
El corcho y sus influencias en el vino
Las polémicas, por más simples que parezcan, merecen ser resueltas. El psicólogo Charles Spence, encargado del laboratorio de investigación de Modalidad Cruzada de la Universidad de Oxford, resolvió el asunto. Los estudios consistieron en evaluar si el sonido y la visión de cómo se descorcha una botella influían en la percepción del sabor.
En los experimentos participaron 140 personas, quienes debían probar y darle puntuación a dos vinos idénticos en dos situaciones distintas. En primera instancia, tras ver y oír el descorche, mientras que en la segunda, luego de abrir la tapa con rosca.
El truco estaba en que los participantes no sabían que la cata consistía en probar los mismos vinos. Los resultados fueron totalmente favorecedores a las botellas con corcho, valoradas como de mejor calidad con una diferencia de 15 por ciento, en comparación con las otras.
¿Por qué sucede esto?
Spence alega que esta percepción se debe a la unión entre las sensaciones generadas: “Nuestros sentidos están intrínsecamente ligados, así, pues, los estímulos que escuchamos, vemos o sentimos tienen un efecto enorme en lo que probamos. El sonido y la visión del descorche de una botella generan expectativas, incluso antes de que se haya saboreado la bebida. Estas forman la base para la experiencia de cata. Los resultados del estudio demuestran el papel clave que el tipo de cierre posee, en cuanto al vino se trata. Existe un fuerte vínculo entre corcho y calidad en nuestro subconsciente”.
En conclusión, el sellado por el cilindro de material vegetal no hace mejor al vino, sino que genera una experiencia de degustación completa. El sabor se aprecia de mejor manera por el conglomerado de sensaciones que ofrece.