Manejo de suelos en el cultivo de girasol / Jesús Peña
- Agricultura
- 14/02/2018
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El cultivo del girasol (Helianthus annuus l) con raíces pivotantes es un cultivo beneficioso por su extracción de nutrimentos de capas subsuperficiales del suelo ayudando en el reciclaje de nutrimentos.
Sus raíces pueden recuperar propiedades físicas del suelo.
Experiencias realizadas en la Colonia Agrícola Turén mediante ensayos en parcelas semicomerciales, realizadas por Fonaiap demostraron que el girasol rindió 1648 Kg/ha( al 10 % de humedad de grano) cuando no se labró el suelo y mantuvo las propiedades físicas del mismo.
En base a estos trabajos de investigación se recomienda en los llanos occidentales la siembra temprana (preferiblemente a principios del mes de noviembre) para aprovechar las lluvias y almacenar agua en el suelo; así mismo que los fertilizantes aplicados sean aprovechados eficientemente por el cultivo.
Cuando fue sembrado temprano en sistemas de labranza convencional, utilizando cuatro pases de rastra, los rendimientos en grano fueron de 1500 Kg/ha ( al 10 % de humedad de grano). Los rendimientos fueron menores en relación a la siembra directa, debido a que el excesivo rastreo produce pérdidas de humedad el suelo necesaria en los momentos críticos del crecimiento y floración del cultivo.
Debido a que el girasol crece lentamente durante la primera etapa de desarrollo bajo nuestras condiciones tropicles (cinco a diez días después de emergencia), es proclive al ataque de gusanos cortadores; es necesario aplicar un insecticida junto al herbicida presiembra en sistema de siembra directa.
Deberá evaluarse el complejo insectos plaga presentes en el suelo, que justifique tal aplicación.
También durante los últimos años se han incorporado tecnologías relacionadas con tratamiento de semillas que eviten tales daños.
Uno de los factores de rendimiento muy importantes es la eficiencia de la siembra. Se recomienda calibrar las unidades de siembra-fertilización de forma que se descargue no solamente la cantidad por metro de semillas sino que éstas sean colocadas a la misma distancia entre una y otra.
Se ha observado una correlación positiva entre el diámetro del capítulo (y por ende el rendimiento) y la distancia entre plantas. Se recomienda seleccionar una sembradora adecuada. Las sembradoras neumáticas garantizan una mejor distribución de semillas. También algunas sembradoras mecánicas con sistemas eficientes de distribución son recomendadas para el trabajo eficiente en el campo.
Así mismo se recomienda la adecuada selección de mecanismo abresurcos, la calibración tanto del tapa surcos como del limitador de profundidad, para garantizar que no se produzcan pérdidas de humedad por evaporación en la zona cercana a la plántula y haya un buen contacto suelo semilla.
Debido a la extracción de nutrimentos por parte del cultivo de girasol, se recomienda la aplicación del fertilizante fórmula completa al momento de la siembra. Es decir la aplicación de N, P y K adecuado de acuerdo al análisis de suelo y la cantidad almacenada en el suelo.
Algunos agricultores aplican solo la urea, esta práctica no se recomienda ya que se debe restituir los nutrimentos extraídos del suelo por el cultivo anterior (maíz en éste caso) y garantizar la presencia de los nutrimentos que va a necesitar el cultivo de girasol. Un aspecto básico es que tanto la aplicación del fertilizante inicial como del reabono con urea, se haga con suficiente humedad en el suelo.
Por lo tanto se recomienda que el suministro de urea como reabono sea aplicado de forma temprana.
Algunos agricultores utilizan un pase de cultivadora “para sacar agua del suelo” tanto en ajonjolí como en girasol.
Ensayos realizados en la Colonia Turén en el año 1999 demostraron que ésta práctica resultó contraproducente en el caso del girasol sembrado en sistemas de siembra directa o de labranza mínima, debido a que ocasionó compactación y pérdida de humedad en el suelo disminuyendo los rendimientos en grano.
Jesús Peña B / jesuspe2009@hotmail.com
Mecanización y Manejo de Suelos