La diversidad de cantos de velorios en Sanare, frente a la amenaza de perderlos para siempre

La diversidad de cantos de velorios en Sanare, frente a la amenaza de perderlos para siempre

ESPECIAL.- La diversidad musical en Venezuela es amplia y extensa. Cada región del país mantiene y cultiva varios géneros con algunos de mayor abundancia. No en vano, Barquisimeto como capital del estado Lara es reconocida como ciudad musical de Venezuela.

 

Dentro de la diversidad de géneros musicales que identifican a esta región del centroccidente venezolano destaca el golpe Larense, así denominado por las diferentes variantes agrupadas: Golpe Tocuyano, Golpe Curarigueño, además de similares formas musicales.

De estas formas, otro repertorio musical muy vinculado a las regiones en donde se ejercita el golpe larense lo constituye “los cantos de velorios” o “cantaurias” como, popularmente, se le conoce a los cantos de salves, decimas, tonos y otros, ofrecidos a un Santo en particular o a los símbolos de la religión católica, de acuerdo a la devoción del seguidor.

Estas costumbres varían de región en región; en unas es ofrecida con violines, mientras que en otras se realiza acompañado de cuatros, cincos y/o requintos.

De acuerdo a las conversaciones con los adultos mayores, ejecutantes de estos oficios, varios de ellos ya fallecidos, refieren la diversidad y variantes en la forma de cantar las entonaciones o cantos en tales velorios: Decimas, Tonos, Salves, Recitaos, Rondiamante, Tórtola, La Amable, La pavana, Reflejos, entre otras varias.

La Revista de Cultura “La Revuelta” del mes de Mayo del 2011 (Nº 2) dedica una amplia sección al arte del Tamunangue en Sanare, basado en entrevistas realizadas en los años ochenta a los ya fallecidos, maestros y capitanes: Estanislao Cortes, León Rojas y Federico Castillo; quienes aportan luces sobre varias de aquellas entonaciones, ejecutados por ellos y hoy por hoy, prácticamente, sin ninguna persona que conozca la amplitud de la técnica sobre estos cantos.

Algunos ancianos comentan la manera bajo la cual estas entonaciones van perdiéndose, y en grave riesgo de exterminarse, como ya ha sucedido con otras de ellas por las muertes de sus únicos recitadores. Tal es el caso de las entonaciones La Pavana y la Alondra, además de los tonos altos y bajos, por los cuales se ejecutan las variaciones de cada uno de los cantos.

Se cree que en todo el municipio Andrés Eloy Blanco, luego de fallecido el Maestro Rogelio Osal, en Diciembre del año 2011, solamente sobreviven cuatro o cinco personas “Maestros cantadores” o “promotores” de velorios (Bernabé Alvarado y Rufino Bello; Mateo Liscano, Ramón Gutiérrez e hijos de Serapio Gonzales) que dominan, cada uno por separado, una parte del repertorio de cantos, además de un único joven: Ramón Escalona; que de manera inquieta se ha ocupado en el aprendizaje de varios temas de cantaurias.

Existe, ciertamente, un grupo amplio de cantores que como acompañantes dominaban y ejercitan solamente aquellos cantos mas comunes y frecuentes; como las decimas y tonos pero que no pudieran considerarse como “Maestros”, sin embargo, un grupo cada vez mas pequeño, como ya se mencionó anteriormente, conservan algunos cantos como Rondiamante, Tórtolas, Reflejos, Llantos y Recitaos; puesto que el resto de las entonaciones nunca fueron aprendidas pudiéndose aseverar que ya están totalmente extintas en Sanare, una de los regiones que ha cultivado con mayor fervor y devoción este tipo de tradiciones religiosas, muy diferentes al resto de los otros municipios de Lara.

Frente a estas amenazas urge sensibilizar al colectivo sanareño y a instancias del poder político, reflexionar al respecto y sugerir que académicos, investigadores y expertos en temas folclóricos, junto con agrupaciones musicales de la localidad, acompañados de las dependencias culturales del Ministerio respectivo, realicen el debido proyecto que permita financiar los costos para iniciar la recopilación, la edición y producción de un material en formato digital que pueda preservar para la posteridad y el conocimiento de las venideras generaciones y las escuelas, éstas expresiones culturales que están en riesgo de desaparecer.

 

Ing. MSc. Freddy A. Colmenárez-Betancourt. /   fantonicbc@gmail.com

 

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