El Director General de la FAO interviene ante Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo.
La intensificación masiva de la agricultura ha aumentado sustancialmente la producción de alimentos pero con un alto coste para el medio ambiente.
Bruselas –Para alcanzar el desarrollo sostenible, debemos transformar los actuales sistemas agrícolas y alimentarios, apoyando a los pequeños campesinos y a los agricultores familiares, reduciendo el uso de plaguicidas y productos químicos y mejorando las prácticas de conservación de la tierra”, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
“La intensificación masiva de la agricultura contribuye al aumento de la deforestación y la escasez de agua, del agotamiento del suelo y del nivel de emisiones de gases de efecto invernadero”, señaló Graziano da Silva, haciendo hincapié en que, si bien los sistemas agrícolas que hacen un uso elevado de insumos y recursos han incrementado sustancialmente la producción alimentaria, ha sido a expensas de un elevado coste para el medio ambiente.
“Tenemos que pasar de producción intensiva en insumos a producción intensiva en conocimiento”, afirmó el Director General de la FAO.
El futuro de la alimentación y la agricultura
Entre las 15 tendencias que analiza el informe figuran las consecuencias del cambio climático, los conflictos y la migración, junto a los diez desafíos previstos para lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible en todo el mundo.
En su discurso, el Director General de la FAO se centró en cuatro cuestiones principales: cambio climático; propagación de plagas y enfermedades transfronterizas; pérdida y desperdicio de alimentos y la importancia de erradicar no sólo el hambre, sino todas las formas de malnutrición que existen en el mundo.
Hacer frente al cambio climático
Graziano da Silva subrayó que no hay sector más sensible al cambio climático que la agricultura -especialmente para los pequeños campesinos y agricultores familiares de los países en desarrollo- al tiempo que los sistemas agrícolas y alimentarios abarcan cerca del 30 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
“En la agricultura, la adaptación y la mitigación van de la mano. No existe una disyuntiva entre las dos”, subrayó el Director General de la FAO, señalando la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, desarrollando al tiempo la resiliencia y promoviendo la adaptación de los agricultores a las consecuencias del cambio climático.
Frenar la propagación de plagas y enfermedades transfronterizas
La globalización, el comercio y el cambio climático, así como la menor resiliencia en los sistemas productivos, han influido en el enorme incremento en los últimos años de la propagación de plagas y enfermedades transfronterizas, que constituyen una seria amenaza para los medios de subsistencia de los agricultores y la seguridad alimentaria de millones de personas.
Por su parte, la FAO apoya a los países para implementar sistemas de prevención y vigilancia. “Incluso en situaciones de conflicto y crisis prolongadas, promovemos programas de vacunación (ganadera), como estamos haciendo actualmente es Sudán del Sur y Somalia”, dijo el Director General.
Evitar la pérdida de alimentos
Hoy en día el mundo produce lo suficiente como para alimentar a la población mundial, pero cerca de un tercio de estos alimentos se pierde o desperdicia, al tiempo que también se derrochan recursos naturales como tierra y agua.
La
FAO apoya actualmente a unos 50 países en el ámbito de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, incluyendo la iniciativa
SAVE FOOD, una asociación innovadora para hacer frente a este problema que cuenta con más de 850 miembros de la industria, asociaciones, institutos de investigación y organizaciones no gubernamentales, abarcando así
“toda la cadena de valor, desde el campo hasta la mesa”, dijo
Graziano da Silva a los parlamentarios europeos.
Parlamentarios contra la malnutrición
Citando estudios que indican que casi la mitad de la población adulta de la Unión Europea tiene sobrepeso, el responsable de la FAO recordó que la malnutrición afecta tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo.
“La forma de combatirla –afirmó- es transformar los sistemas alimentarios, desde la producción al consumo, y proporcionar dietas saludables a las personas”.
Exhortó a los parlamentarios, en su papel de legisladores, a garantizar que existan políticas, programas y marcos operativos adecuados dentro de las leyes apropiadas.
“Los parlamentarios no sólo tienen los medios para situar la nutrición al más alto nivel de la agenda política y legislativa, sino también pueden asegurar que los programas cuenten con los presupuestos necesarios para su implementación”, según el Director General de la FAO.
Por último, ensalzó a los miembros del Parlamento Europeo por haber establecido la “Alianza Parlamentaria de Lucha contra el Hambre”, que en su opinión está llamada a desempeñar un papel importante en la lucha contra la malnutrición en Europa.