Esteros de Camaguán / Pedro Piñate

Esteros de Camaguán / Pedro Piñate

“Hoy día la preocupación conservacionista continúa, porque la presión de las actividades e intereses humanos, legales e ilegales, sobre tan frágil ecosistema, no cesan y son difíciles de contener.”
Al sur del estado Guárico, en la margen este del río Portuguesa, algo antes de su confluencia con el Apure, se encuentran los Esteros de Camaguán. Ellos son un humedal  de mágica belleza, asiento de la biodiversidad llanera, donde el agua, el palmar y el cielo conforman un enorme escenario todos uno hasta donde la vista alcanza.  Su acceso vial permanente como el de la tricentenaria Camaguán, ciudad fundada 4 veces entre 1690 y 1768, en un banco alto a salvo de las inundaciones del Portuguesa, fue posible hasta la construcción de la carretera-dique Camaguán – San Fernando de 40 kilómetros de longitud, a la margen izquierda (este) del río Portuguesa. Con esta obra, se posibilitó el tránsito terrestre entre Puerto Miranda y Calabozo a partir de 1956. Sin embargo, la nueva vialidad al atravesar cortando en dos la sabana y los Esteros de Camaguán, afectó  grandemente desde su construcción  la hidrología zonal con  repercusión ecológica.
Sobre el asunto el gran poeta camaguense Germán Fleitas Beroes, con gran tacto escribió: “Coplita: ¿Por qué razón desde enero hasta más allá de mayo andan hombres a caballo Tío Simón en el estero? Respuesta: Porque el estero en invierno es como un trozo de mar, y en verano tierra seca,  buena para pastorear; hay una cosa importante que aquí les quiero aclarar. El estero no lo ven los viajeros al pasar “la culebra”, así se llama ese precioso palmar que miran a la derecha, los que para Apure van. El estero está a la izquierda, hagan la prueba y verán, una  joya que se llama Estero de Camaguán.”

Dos décadas más tarde, en 1981, como refiero en mi libro “ElLlano es de bregadores” (2022),  las aguas de la gran creciente del río Apure que se extendió de San Fernando al Noroeste, sobrepasaron la carretera-dique de Camaguán quedando la ciudad incomunicada. En 1996 cuando sobrevino la última creciente de gran amenaza para la zona ribereña, el río Apure alcanzó niveles máximos sin desbordarse, pero ocasionando la emergencia desde el noroeste de la ciudad hasta Guasdalito, amenazando a las poblaciones de Apurito, El Samán, Bruzual, San Vicente y Palmarito, y hacia el norte desde San Fernando hacia Camaguán y Corozo Pando, en el estado Guárico. 

Siendo los Esteros de Camaguán no solo un paisaje bonito que contemplar sino un  ecosistema que cuidar donde tienen asiento actividades productivas como la ganadería y la pesca, pero que está expuesto al deterioro y contaminación ambiental de la misma ciudad de Camaguán, a la depredación y extinción de la fauna y flora, la preocupación colectiva local, regional, nacional e internacional, por su debida conservación y protección ha obtenido logros importantes. Como  en marzo de 2000 con el decreto presidencial declarando Reserva de Fauna Silvestre Esteros de Camaguán a los terrenos situados en jurisdicción del Municipio Camaguán del Estado Guárico, con una superficie aproximada de diecinueve mil trescientas hectáreas (19.300 ha), teniendo por linderos generales: por el Norte, los terrenos inundables que se encuentran desde la desembocadura del Caño Caujarito en el Río Portuguesa hasta la Carretera Nacional Calabozo.Camaguán – San Fernando de Apure, a la altura del Hato Santa Rosa; por el Sur, el Caño Falcón, desde el sector conocido como La Raya, hasta la desembocadura del Caño Falcón en el Río Portuguesa, al norte del centro poblado Camaguán; por el Este, la Carretera Nacional Calabozo – Camaguán – San Fernando de Apure y por el Oeste, el Río Portuguesa. También se encuentra delimitada por una poligonal cerrada, definida por accidentes físicos – naturales, infraestructuras y vértices expresados en coordenadas U.T.M. descritas en el decreto.

Hoy día la preocupación conservacionista continúa, porque la presión de las actividades e intereses humanos, legales e ilegales, sobre tan frágil ecosistema, no cesan y son difíciles de contener. Por eso es de recordar aquí al historiador apureño Hugo Arana Páez, cuando en 2009 denunciando en conferencia el peligro de extinción de los Esteros de Camaguán, exhortaba a los interesados y responsables a su conservación, advirtiendo con acierto, “que la cuestión no es preocuparse sino ocuparse”

En ese sentido, como colofón es de reconocer, que allá en los Esteros de Camaguán, donde la palma llanera, tal cual escribió en su libro “Los Llanos de Venezuela” (972), el profesor Francisco Tamayo , “tiene, acaso, su localización más conspicua”, uno de sus más insignes hijos, el maestro Juan Vicente Torrealba – primerísimo compositor e intérprete de nuestra  música llanera, compartiendo el gran tacto de su amigo y paisano poeta Fleitas Beroes, también se ocupó: “Se fue la luna, se ocultaron los luceros,  ya del palmar no vienen sino lamentos, es la llanura que va llorando en silencio porque nos vamos Esteros de Camaguán”.

 

Pedro Piñate

 

Lea También: Caída del consumo, importaciones y producción nacional de alimentos – Fernando Camino Peñalver

 

Forma parte de nuestro canal en Telegram y mantente informado del acontecer Agropecuario de Venezuela y Latinoamérica en: Visión Agropecuaria

Relacionadas

Cedice Libertad: inflación en Venezuela al cierre de septiembre 2024 fue 0,60% en bolívares

Cedice Libertad: inflación en Venezuela al cierre de septiembre…

Caracas-Venezuela.- Investigadores del Observatorio de Gasto Púbico (OGP) de la organización Cedice Libertad informaron que la inflación fue de 0,60% en…
Nestlé marca el rumbo de la sustentabilidad e innovación en Repensemos el Futuro

Nestlé marca el rumbo de la sustentabilidad e innovación…

Caracas-Venezuela.-  Nestlé Venezuela logró una exitosa convocatoria en la segunda edición de Repensemos el Futuro, con la asistencia de más de…
El sabor criollo llegó a Islandia: La maracucha que conquistó Reikiavik con sus arepas

El sabor criollo llegó a Islandia: La maracucha que…

Islandia .- Pionera en un lugar tan remoto como Reikiavik, Xileth Bustamante fue la primera en atreverse a poner las arepas en…