El agro, ideologías y Venezuela / Carlos Calles

¡Qué los técnicos se ocupen de lo agrario! ¡Qué de la política nos hacemos cargo los políticos! Estas son expresiones que estamos escuchando ante nuevos aires de la política en América del Sur y, del anhelo de cambio de signo político experimentado en casi toda Venezuela. Pareciera, que lo político y lo económico estuviesen separados, como dimensiones que nada tienen que ver; una con otra. Por el contrario, el orden político, jurídico, cultural, social, ambiental y económico están estrechamente vinculados y, a la par guardan sus respectivas autonomías. Los actores fundamentales de todos estos órdenes, están obligados a ocuparse de lo agrario. Hoy, más que nunca, debe verse la importancia de la integralidad en el accionar político, donde técnicos y actores políticos comulguen por el Bien Común; con un lenguaje que permita transmitir la verdad a naciones sedientas de ella. Sobre todo, la verdad de lo agrario: estadísticas, diagnósticos, inventarios, potencialidades, realidad social rural y urbana; entre otras. De hecho, son políticos y técnicos quienes, además de los representantes de los sectores mencionados, se hacen cargo del diseño de la Política Agraria de un país. La cual debe ser lo más abierta, democrática y participativa posible.

Para alcanzar dicha participación, la pluralidad es esencial en lo agropecuario. Caer en un dilema de derechas e izquierdas; ya superado: nos llevaría al abismo en el mundo agrario. Alemania, ha dado una fórmula que funcionó en la Europa de posguerra: “Tanto Mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”. Esta prédica, es imperativa en lo agrario y; pertenece al modelo de Economía Social de Mercado. Éste, rompe con la disyuntiva de socialismo vs capitalismo y, nos marca un camino ya probado; por razones de elemental soberanía. El experimento socialista en Venezuela fracasó, especialmente en lo agrario. Pero, de allí a pretender pasarnos a un experimento liberal a ultranza; es suicida. Comenzando, porque el liberalismo ya nos configura como un país energético, diciéndonos que es a ello a lo que debemos dedicarnos y; que lo agrícola, se resuelve importando. No podemos caer en la trampa de las ideologías; sino miren el caso actual en Alemania y Francia; con sus productores agrarios. Venezuela echó a un lado la agricultura durante más de un siglo de industria petrolera; y… ¡Es hora de lo agrario!

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