Conindustria: No hay dolarización sino desorden monetario
- EconomíaNoticias
- 03/02/2020
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CARACAS.- El presidente de la Confederación Venezolana de Industriales –Conindustria-, Adán Celis, aseveró que en Venezuela «no hay dolarización sino desorden monetario. Aquí hay bolívares, dólares, euros, petros y eso no puede ser, un país tiene que tener una moneda que se respete, una moneda con la cual se hagan las transacciones».
Alertó que las nuevas resoluciones tomadas por el gobierno están generando muchas preocupaciones al sector «porque están contrayendo la economía, el gobierno en vez de buscar medidas que la impulsen solo imponen medidas que tratan de exprimir lo que hay y esa no es la solución».
Cuestionó la resolución tomada en diciembre pasado extendiendo los aranceles a muchos productos. «Estamos cambiando el empleo en Venezuela por el empleo en otros países, los industriales no estamos contra los productos importados pero exigimos que no se ataquen nuestras competencias».
Criticó que estén entrando productos al país sin ningún control, muchos «ni siquiera las indicaciones están traducidas al español, no tienen registro sanitario».
Resaltó que se les puso aranceles a otros 5 mil productos «86 % son para materias primas, insumos y maquinarias lo que impacta directamente en los industriales».
Aboga por un tipo de cambio totalmente libre que sea la oferta y la demanda las que determinen lo que, en su opinión, acabaría con la especulación y la corrupción.
En cuanto a la reforma tributaria impuesta por la Asamblea Nacional al Constituyente -ANC- que pecha las transacciones en moneda extranjera, aseguró que los nuevos impuestos incrementaran los precios de los productos perjudicando a los consumidores y productores.
«Encarecimiento de los productos que al final los venezolanos los tienen que pagar. La cuestión es que haya mas inversiones y eso pasa por incentivar la producción y eso debe ir adaptado a un cambio de políticas económicas y a un cambio de actores nacionales e internacionales», enfatizó.
Apuntó que las economías grandes del mundo se sostienen gracias al sector privado.