Vicente Vivas, apicultor de la zona, dijo a El Pitazo que el estancamiento del sector viene dado por porque la apicultura nunca ha sido prioritaria. Aseguró que este problema es de vieja data y se remonta 20 años atrás.
Vivas explicó que la inflación del país y el marcado desinterés del Estado venezolano por esta actividad, se ve reflejado en la debacle y postración de la apicultura. Agregó que está situación amenaza la estabilidad de los apiarios existentes en esta entidad. Destacó que el manejo postcosecha de la miel y sus subproductos generan dudas sobre su calidad e inocuidad y esto se ve reflejado en la desconfianza del consumidor final.
Aseguró que la llegada de la abeja africanizada y las grandes importaciones de miel acabaron con los apicultores nacionales. Indicó que la falta de combustible es otro elemento que afecta a los productores, debido a que las colmenas están alejadas de los centros urbanos. Mencionó que la cera para producir los panales es muy escasa porque no hay producción suficiente.
Sostuvo que la madera para las cámaras de cría o colmenas es costosa y los controles forestales rígidos la encarecen lo que conlleva a que los fletes aumentan su valor. Admitió que a todo esto se le suma el bajo nivel educativo de los productores lo que incide en la formación técnica y en la productividad de las colmenas al repetir patrones culturales que no permiten introducción de mejoras.
El apicultor comentó que Cojedes tiene un potencial gigantesco para la producción de miel en función de la flora melífera existente donde casi 70% del estado se encuentra incluido en lo que se denomina bosque seco tropical y cuenta, además, con grandes áreas dedicadas a la producción de mango y un potencial agrícola que brinda un mercado emergente de polinización de cultivos de ciclo corto como el melón, ajonjolí, auyama, patilla, naranja, limones y girasol, entre otros.
El Pitazo / Alexander Olvera
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