Cañicultores atraviesan incertidumbre por espera de precios
- Agricultura
- 25/10/2016
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Apenas falta un mes para que arranque la zafra 2016-2017 y la incertidumbre para los cañicultores nacionales aumenta. A la fecha aún no se ha fijado el precio del kilo de azúcar a nivel de productor y por ende, para el consumidor, y la cosecha 2015-2016 apenas alcanza para mes y medio.
Desde Socaportuguesa las propuestas inmediatas son claras: como primer punto y prioritario es combatir la inseguridad, “pero con una política asertiva y directa no epiléptica, porque si no tendremos problemas, ya que las labores son de 24 horas diarias, los siete días a la semana durante cinco meses y si no, se corre el riesgo de que el transporte y los nucleros trabajen sólo de día. No solamente son los equipos, sino el tránsito hacia sus predios por lo que solicita la revisión del Código Orgánico Procesal Penal y la inclusión de jueces itinerantes, es decir, que se ataque el problema en conjunto, luego, proponen el precio justo”. Al tiempo agrega que antes de la zafra realizan un Seminario de Costos de Producción con los técnicos de Atave, Fesoca y los del Ministerio de Agricultura y Tierras.
Es importante resaltar que actualmente el precio a nivel de anaquel está a 380 bolívares el kilo y 180 bolívares para el productor, eso cubre casi sólo el costo de cosecha, argumenta el ingeniero Oscar Contreras, presidente de Socaportuguesa, quien indica que hace mes y medio hablaban de un precio de Bs. 900 por kilo a nivel de anaquel, es decir 420 bolívares para el agricultor, eso sin tomar en cuenta la inflación de 40 % mensual, “pero es algo para arrancar”, dice. De no ser así no se le podrán pagar al prestador de servicio, al nuclero, y se cierra el oportuno financiamiento bancario a los dos.
Destaca que en la actualidad “tenemos una producción promedio nacional de 50 toneladas por hectárea, cifra extremadamente baja, primero porque no hay una definición ni revisión de precios, no hay una política coherente concienzuda con el circuito azucarero, al no haber y no poder trabajar con unos verdaderos costos de producción no hay rentabilidad, esa es la piedra de tranca.
Podemos tener todos los insumos, pero sin el precio justo el nivel de ingresos es bajísimo y la realidad es que no tenemos fertilizantes, repuestos, maquinaria adecuada, agroquímicos, sino un aparato productivo prácticamente destartalado. Vean los nucleros, que son los prestadores de servicio, quienes tienen los equipos que se encargan de sacar la cosecha, hoy trabajan con tarifas alejadas de la realidad y se llevan casi 50 % del costo de la zafra, sacar una tonelada está por el orden de los 15 mil bolívares y esto no les permite tener capacidad de renovación de sus equipos, en fin estamos trabajando casi con las uñas, tener un precio justo para pagarles es lo ideal, por eso, repito siempre, la columna vertebral para nosotros de esta labor de campo es el precio”, insistió Contreras.
El vicepresidente de Fesoca reconoce que “siempre ha habido la buena intención por parte del gobierno a escucharnos, ellos tienen el trabajo técnico, los números de los costos de producción, todo, hablamos con el general Ludwing Palima que es el enlace, pero él no toma decisiones”. Lamenta que siempre se queda en esa buena intención y no hay decisiones del alto gobierno.
Señala que están preparados a pesar de todo, hay libertad para traer azúcar importada y pagarla de Bs. 1.800 a 2000 el kilo, el precio internacional está por el orden de 1.2 /1.3 $ por kilo, estamos rezagados, a los que sembramos y producimos nos ponen muchas trabas, hoy día para sembrar una hectárea entre plantilla y soca se necesitan tres millones de bolívares.
“Hemos demostrado que podemos producir lo que el país necesita, hemos tenido zafras récord, en 2005-2006 por ejemplo, pero había una política consensuada, subsidio, insumos a tiempo, buen precio, hoy día regresamos a los años 60, hubo una caída vertiginosa de la producción de caña de azúcar, este año sólo cosechamos 3.000.000 de toneladas retrocedimos 50 años”, advierte.
El Informador / Rosa Andreína García