
Llano adentro
- Opinión
- 12/09/2016
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Nuestros hatos llaneros: “El llano con sus extensas sabanas de pastos naturales es el paisaje predominante de la geografía nacional. Es en este inmenso escenario donde se desarrolla desde hace casi 5 siglos, la cría de ganado de carne en Venezuela, teniendo como asiento y unidad productiva característica a nuestros hatos llaneros.
Entrada y salida de aguas: “Febrero es mes de verano en Venezuela. En el llano las sabanas se calientan, los pastos se secan y el agua comienza a escasear. El ganado camina cada vez más en busca de pastos lejos de las aguadas. Pronto será marzo, el calor, los incendios de sabana y las tolvaneras confirmarán a lo lejos que la tierra está reseca. En abril, los llaneros avistarán el cielo sin cesar en busca de un aguacero, pero no será sino hasta mayo cuando se dejarán caer los primeros aguaceros. Con ellos, reverdecerá la llanura que volverá a la vida. La “entrada de aguas” es tiempo de parar rodeos y hacer las vaquerías, que no pueden postergarse mucho por el aniego. Para julio, el invierno llanero transforma totalmente el paisaje y las sabanas convertidas en mar, hasta finales de octubre en bongo se navegan. La “salida de aguas” es en noviembre y se completa para diciembre, mes primero del verano llanero”.
Amanecer en el llano: “Como muchos tal vez, siempre he pensado que amanecer en el llano es despertar en la gloria. Y es que después de la larga y oscura noche, cuando aparece el sol y sus primeros rayos iluminan tras la bruma a la sabana, el paisaje llanero nos recuerda que es la obra del Creador. Para ese entonces resulta obligado mirar de frente al sol que nos encandila anunciando con sus rayos de luz su apresto para dar vida a la llanura”.
El ánimo del llanero: “Si el ánimo es soplo, alma, espíritu, voluntad, energía, valor, intención o esfuerzo, andando por los llanos de Cojedes reflexiono sobre la buena animosidad que caracteriza al llanero. Y es que sin ánimo ¿cómo podría el llanero sabanear y arrear ganado a caballo y trabajarlo toda su vida? Por eso es que hasta en sus más simples actitudes, el buen ánimo y disposición del llanero se revelan”.
Emulemos al buen llanero: “Vale emular al buen llanero, que apenas comienza el día, amarra y ensilla su caballo, para entonces quedar juntos prestos a salir al paso, al trote o al galope sabanero, apenas llama el trabajo”.
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